Bomberos, instinto maculino

 Bomberos, instinto maculino
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Contrariamente a lo que la mayoría piensa, el cuerpo de Bomberos no es un coto cerrado para los machos heterosexuales. De hecho, la imagen del bombero está ligada a hombres fuertes y masculinos, así que, ¿que mejor lugar que el cuerpo de bomberos para encontrar a todos esos hombres que solamente les apetece estar con hombres y relacionarse socialmente y si pueden también sentimentalmente con ellos? Hay teorías que dicen que la homosexualidad es simplemente el instinto masculino desarrollado al máximo, el cual solo gusta de estar con sus semejantes. Asociaciones como la norteamericana FireFlag demuestran que los bomberos gays existen y llevan su vida dentro del cuerpo de bomberos aunque deben luchar cada día contra quienes mal entienden que la masculinidad es una cosa exclusiva entre hombres heterosexuales.

La existencia de bomberos gays se hizo pública de forma masiva con el atentado de las torres gemelas en Nueva York donde por lo menos diez bomberos homosexuales perdieron la vida. Esto inicialmente no se hizo público, aunque transcurridos unos meses compañeros de los fallecidos también gays si lo hicieron. Todo el personal de emergencias que participó en el rescate de ese triste atentado han sido idolatrados por los ciudadanos estadounidenses. A los bomberos gays que también murieron ese día la comunidad LGTB los ha considerado sus héroes.

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Desde que nacemos nos enseñan como nos debemos comportar como niños. Las expectativas sociales son claras: los niños deben demostrar su masculinidad con actos de valentía y fuerza –como los bomberos- y no demostrar debilidad física ni emocional. Los niños no lloran y los hombre tampoco. Esa necesidad de probar nuestra masculinidad crea ansiedad en todos los hombres y es un desafío que dura toda la vida. Para las personas que nos sentimos atraídos a personas de nuestro mismo sexo, este desafío es aun mayor.

Para los que estamos detrás de la manguera solo nos queda el consuelo de soñar –como con cualquier otro fetiche– en irnos a la cama con nuestro bombero favorito, un tío cachas, alto, moreno, con mirada penetrante y con cara de buen tipo y que en la cama sea todo un semental que aguante toda la noche hasta dejarnos agotados, que apague ese fuego que tenemos en nuestro interior y luego… despertar del sueño, ir al baño y hacer un apaño rápido o esperar a que llegue el fin de semana y haber si hay algo de suerte.

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