El masaje Tántrico Gay

 El masaje Tántrico Gay
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Introdúcete en el mundo del sexo tántrico, experimenta con tu pareja una vivencia única, excitante y purificadora. ¿Qué no sabes qué es lo que es? ¡Descúbrelo ahora!

 

La palabra en sánscrito para el órgano sexual masculino es LINGAM (que se pronuncia LING-HAM) y se puede traducir como “La varita de luz”. Su significado es diferente a la típica manera occidental de referirse al pene (polla, pito, pajarito, etc., términos que pueden venir de una perspectiva limitada, dependiendo de la intención de su uso). En la sexualidad tántrica/sagrada, el Lingam se ve respetuosamente, y es honrado como “La Varita de luz” que canaliza energía y placeres creativos.

El propósito del masaje tántrico es crear un espacio donde el receptor se relaje y reciba placer magnificado en todo su cuerpo. El dador experimenta la alegría de proporcionar y ser testigo del placer que proporciona al hombre en su faceta más suave y apacible. Este proceso se utiliza frecuentemente para ayudar a los hombres que necesitan terapia sexual para aliviar traumas y condiciones sexuales negativas.

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El orgasmo no es la meta del masaje tántrico, aunque regularmente es un agradable y bienvenido efecto secundario. La meta es dar masaje al cuerpo como un “todo”. Lingam, testículos, perineo y el “lugar sagrado” (el Equivalente al Punto G masculino”, para permitir al hombre rendirse a una forma de placer con la que posiblemente no esté familiarizado. Desde esta perspectiva, tanto el receptor como el dador se relajan en el masaje.

El hombre necesita aprender a relajarse, dar y recibir. Las costumbres sexuales tradicionales señalan al hombre en una cierta manera de hacer las cosas, orientados hacia una meta. El masaje tántrico permite al hombre experimentar su lado más suave y receptivo, experimentar placer de una perspectiva no tradicional.

Recostado, boca arriba, el receptor comienza a respirar profunda y relajadamente, mientras el dador inicia el contacto físico para establecer una conexión y confianza. El dar masaje suavemente en las piernas, abdomen, muslos, pecho, pezones y genitales; el dador invita al receptor a la relajación. Una vez relajado, comienza el “masaje de cuerpo completo”, con golpecitos de ligera a mediana intensidad, y la manipulación del cuerpo entero. Se pone especial cuidado en mantener un alto nivel de erotismo durante el proceso. Las zonas erógenas, incluyendo los testículos, escroto, hueso público, perineo y anos, son a menudo áreas del cuerpo que no se toman en cuenta, pero que producen una intensa y placentera respuesta al estímulo. El objetivo de esta técnica de masaje es provocar un despertar, e incitar orgasmos múltiples, sin una eyaculación precoz.

El Lingam (pene) puede o no presentar flacidez durante el proceso del masaje y recobrar la erección. Esta es una experiencia tántrica muy deseable, como ir sobre una ola, hacia arriba y hacia abajo. Flacidez y erección son los extremos de la gama del placer. Si el receptor está a punto de eyacular, el dador relajará el proceso, permitiendo que el Lingam se relaje. La repetición de este proceso es la verdadera intención, llegar a un punto muy cercano a la eyaculación, sin llegar a ella. Es importante recordar que la meta no es el orgasmo por sí mismo. La respiración profunda es la clave que ayudará a mitigar la necesidad de eyacular. Eventualmente, la gran experiencia eyaculatoria le permitirá tener orgasmos múltiples, sin perder una gota de semen. Cabe mencionar que el orgasmo y la eyaculación son dos respuestas diferentes que se puede aprender a diferenciar. El resultado es una vida sexual más expandida.

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Si el receptor decide dejarse llevar y eyacular, el dador lo alentará a respirar profundamente durante el orgasmo. Esto hará que su mente explote, especialmente si se ha acercado y alejado del orgasmo varias veces antes de la eyaculación. El contenerse carga la batería sexual con una energía tremenda. Es ahora cuando el receptor decide a dónde mandar esta energía: hacia fuera con su eyaculación (el paradigma predominante), o aprovecharla para otros usos (hombres con gran experiencia en la eyaculación son capaces de canalizar esta energía en otras áreas de su ser).

Una vez que el masaje llega a su fin, el receptor es alentado a quedarse recostado, permitiendo experimentar plenamente su inocencia y la magnificencia de la belleza masculina.

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