El morbo de los tatuajes

 El morbo de los tatuajes
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Es innegable que el tatuaje es un fetiche que impone el morbo necesario para atraer miradas y atenciones por parte de los demás.  Y es efectivo, porque, ¿quién no ha seguido alguna vez con la mirada a algún «chulazo» con un espectacular tatuaje? Los más atrevidos se tatúan partes de su cuerpo que sólo muestran en privado. Localizaciones realmente morbosas que suelen ponernos «a tono». También suele afrontarse el tatuaje como un símbolo de masculinidad, por ejemplo en los leathers, skins y osos.

 

Tatuarse es algo serio, no sólo porque es algo que llevarás en tu cuerpo de por vida, sino porque es muy importante la higiene y profesionalidad en este tipo de trabajos a fin de evitar riesgos, infecciones y malos resultados. Elegir el centro se convierte pues en lo fundamental del proceso, sin dejarse llevar por ofertas engañosas o conocidos de conocidos que no nos dan confianza.

Limpieza. El tatuador deberá limpiar la zona con alcohol o líquidos desinfectantes así como deberá rasurar si la zona a tatuar tiene vello.

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Fijación. Una vez limpia la piel se fija en ella un transfer, que contiene el dibujo deseado. El transfer debe ser inofensivo para la piel y no debe tener sustancias químicas que puedan irritarla. Si este transfer se coloca mal, el dibujo posterior también quedará mal y arruinará el tatuaje, así que es un paso esencial.

Máquinas. El tatuador prepara la máquina con las agujas, punteros y los pigmentos. Debes asegurarte de que son productos estériles y que no queda rastro de color en la máquina de algún uso anterior.

Tatuado. Puede que antes de empezar a tatuarte, el tatuador te aplique una capa de vaselina con una espátula de madera que también son desechables. Por supuesto el proceso entero se realizará con unos guantes nuevos y estériles. Las primeras líneas del dibujo son las que más suelen doler ya que la piel está sensible y se suele estar muy nervioso. Luego se acostumbra la piel y ya no duele demasiado, es una vibración perfectamente soportable. Tras el delineado comienza el sombreado que duele menos. Si el tatuaje es monocolor, se puede omitir este paso. Después se colocan los colores, desde el más oscuro al más claro.

Curación y Limpieza. Se limpia el tatuaje con agua y jabón neutro, se pulveriza con alcohol y se aplica crema cicatrizante. El último paso es el de vendar la zona para evitar el roce con la ropa y la exposición al sol. El tatuador te dará una serie de consejos a seguir que te ayudarán a una correcta cicatrización de la herida.

Advertencias. Para la ejecución de un buen tatuaje, es muy importante llegar a la sesión perfectamente relajado, por lo que se recomienda evitar la sesión en periodos de nerviosismo, no beber alcohol en las horas anteriores y no consumir estupefacientes.

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