¿Reconoces tu valía y tu autorespecto ?

 ¿Reconoces tu valía y tu autorespecto ?
Comparte este contenido rápidamente en:

 

En los homosexuales, la falta de amor y respeto hacia sí mismos, los perjudica de por vida y a los demás, nos lleva entre los pies, arrastrándonos hacia un abismo cuya caída es muy difícil de detener. Los homosexuales debemos de recordar que TENEMOS UNA ASOMBROSA CONTINUIDAD CULTURAL; a pesar de que algunos necios homofóbicos se obstinen en que no hay tal.

 

Digo esto pensando en que tú que me estás leyendo quizá hayas escuchado que los homosexuales somos enfermos… Ante injusticias como esta debemos de responder que sí: Somos, afectivamente, seres humanos enfermos de amor por la vida, de amor por nuestra cultura y de lo que nuestra naturaleza nos dicta. No somos como aquellos imbéciles que se casan cobardemente para ocultar ante los que los conocen, que les gusta un buen paquete y que son débiles ante ese placer porque ahogan todos los días su quebradiza naturaleza… Lo peor de esto es que esos casi seres humanos logran escurrirse a puestos de importancia y ¡¡Zaz!! reprimen y castran a los que si aceptamos nuestra propia naturaleza, este comportamiento esta al orden del día ante cientos de políticos que en publico reniegan y toman actitudes poco tolerante y que en privado frecuentan saunas gay (no de nuestro país, claro esta, suelen salir fuera ) para poder ver y tocar lo que realmente desean. Esto me sirve para mostrar hasta donde puede llegar la homofóbia personal, la falta de valía y la falta de respeto por lo que es nuestra propia naturaleza orgullosamente homosexual.

Debes de recordar que existe una gran tradición cultural que ampara a los homosexuales de todos los tiempos y de todas las culturas, porque aunque les pese a los homofóbicos, siempre hemos existido y seguiremos existiendo porque SOMOS PARTE DE LA NATURALEZA MARAVILLOSA que generó este planeta y hasta el último día en que este planeta exista, ahí estaremos nosotros, para gritarles a los demás lo que sea necesario.

Publicidad

Cuando escuches que dicen que un homosexual es un enfermo, recuerda que si revisas la historia de la cultura humana, un gran porcentaje de los grandes personajes en las diversas áreas del conocimiento humano, han sido homosexuales más que distinguidos. Algunos lo han permitido hacer del dominio público; otros, como el que menciono arriba, hace lo posible por acallarlo. Pero de esas basuras no debemos ocuparnos, pues que de ellos se encargue el destino. Mejor hablemos de Leonardo, de Miguel Ángel, de algunos faraones, de los inmortales griegos cuyo esplendor siempre dejará ciegos a los estúpidos, de los grandes filósofos del lenguaje como Wittgenstein, o del matemático Russell, o de algunos judíos y astronautas que andan circulando por ahí. ¿Sabías que el primer rey de Nápoles fue travestí y activo diletante de la carne masculina? Desde entonces, en ese lugar, las cosas ciertamente se han visto mejor para un grupo de homosexuales. Y los ejemplos abundan como para escribir varios libros sobre ello.

Generalmente cuando somos niños, vemos como humillan y maltratan a homosexuales abiertos y, si somos muy sensibles, se nos queda esa imagen que traducimos cuando llegamos a adultos a pena, cobardía y vergüenza por lo que somos, por tratar de evitar que nos pase lo mismo. Pero no recordamos bien que, generalmente, un homosexual tiende a ser más fuerte y más inteligente que los demás debido a la presión social producida en los últimos siglos. Claro que me puedes poner contra ejemplos y yo te diré que son excepciones a la regla… insisto, revisemos la historia de la cultura humana y veamos los casos de peso. Incluso muchos de los que nos censuran y persiguen, son los mismos que de noche entran a lugares bastante sórdidos, según ellos de anonimato. Si: De día persiguen lo que de noche asumen: esos son los que luego te ponen una falsa moral que te angustia y te atrapa y de la cual debes de liberarte, sobre todo si sientes que has encontrado a un muchacho del que puedes enamorarte.

Publicidad

Y si el Amor puede ayudarte, recuerda siempre lo que nos dejó escrito Shakespeare en «El mercader de Venecia«. Únicamente cambia judío por HOMOSEXUAL:

Él es causa de mi oprobio, y me ha hecho perder medio millón, se ha burlado de mis ganancias, se ha reído de mis pérdidas y se ha mofado de mi raza, ha obstaculizado mis negocios, ha dado ínfulas a mis enemigos y ha enfriado a mis amigos, y todo ¿por qué? Porque soy judío. ¿No tiene ojos un judío? ¿No tiene manos un judío, ni órganos, proporciones, sentidos, pasiones, emociones? ¿No toma el mismo alimento, le hieren las mismas armas, le atacan las mismas enfermedades, se cura por los mismos métodos? ¿No le calienta el mismo estío que a un cristiano? ¿No le enfría el mismo invierno? ¿Es que no sangramos si nos cortan? ¿No nos reímos si nos hacen cosquillas? ¿No nos morimos si nos envenenan? ¿No habremos de vengarnos, por fin, si nos ofenden? Si en todo lo demás somos iguales, también en eso habremos de parecernos.

 

Post relacionados: