¡Al rico jamón ibérico!

 ¡Al rico jamón ibérico!
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El jamón habitualmente ha sido considerado como uno de los alimentos “no recomendados» en la correcta dieta para deportistas, pero realmente es una error de concepto garrafal. Por supuesto existen diversas clases de jamón (de bellota, de recebo, de cebo), cada una de ellas en base en a su tiempo de curación, de el peso y los años de vida del cerdo, así como a la alimentación que ha recibido el animal durante su crianza.

El cerdo 100% ibérico, de la única especie de la que puede provenir este jamón, es una raza autóctona única, la cual requiere condiciones de vida excepcionales y una alimentación basada principalmente en bellotas.

El cerdo 100% ibérico llega a caminar hasta 14 kilómetros diarios en busca de sus bocados preferidos, ya que de lo que se come se cría, es un autentico sibarita. Y por ello cada cerdo ibérico para poder para engordar tan solo un kilo necesita ingerir aproximadamente unos 12 kg. de bellotas. La bellota ingerida se acumula en forma de ácidos grasos insaturados que son infiltrados en sus músculos, lo que aporta una textura y un sabor inigualables.

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También se denomina habitualmente al jamón dependiendo de su lugar de origen aunque siempre debe ser jamón ibérico, y, preferentemente, jamón de bellota. Una de las exigencias de dicha denominación de origen es que cada cerdo 100% ibérico tenga una superficie mínima de una hectárea para que se desarrolle favorablemente.

¿Sabías que la grasa entrevenada es realmente beneficiosa para todos los deportistas?

El jamón ibérico es positivo para controlar el exceso de colesterol malo, ya que contiene importantes cantidades de grasas instauradas, con un 55% de ácido oleico monoinsaturado, sólo siendo superada en este sentido por el aceite de oliva. Eso sí, es el jamón de bellota el que presenta las mejores «prestaciones» en este sentido.

El jamón ibérico también contiene minerales, tales como el calcio, el fósforo, el magnesio, el cobre, el hierro o el zinc, así como vitaminas del grupo B: B1, B2, B6 y B12. También en menor proporción el jamón ibérico te va a aportar antioxidantes para que te recuperes muscularmente de tus sesiones más duras.

El jamón ibérico contiene 33 proteínas por cada 100 gramos, prácticamente el doble que el jamón serrano. La cantidad de grasas en el jamón ibérico es del orden del 11%, la mitad, prácticamente, que en el jamón serrano. Finalmente, las kilocalorías que contienen el jamón ibérico, por cada 100 gramos, son unas 200, mientras que en el caso del jamón serrano es de unas 280. Las cifras, pues, son aplastantes en favor del jamón de calidad.

Así que ya sabéis, jamón si, ¡pero Ibérico! Un alimento muy completo y que aporta muchas ventajas respecto a otros.

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