Que ver en Ámsterdam en un fin de semana

Conocida popularmente como la Venecia del norte, la ciudad de los cien canales o capital del diamante, Ámsterdam es sin duda, una de las ciudades más abiertas y liberales de Europa. Su ambiente joven y moderno lo convierten en un foco de atracción para Millenials y jóvenes que buscan un destino cercano, divertido y repleto de planes atractivos a buen precio. Además, no podemos olvidar su ambiente gay, con los mejores locales y tiendas fetish del país, la mayoría localizadas en el barrio rojo.

Lo primero que debemos hacer para ubicarnos, es dirigirnos hacia la Plaza Dam centro neurálgico de la ciudad. El lugar en torno al cual se fundó Ámsterdam. En la plaza podréis contemplar algunos edificios históricos entre los que destaca el Palacio Real. El gigante Atlas que se yergue en la parte superior del edificio, sosteniendo sobre sus hombros una bola del mundo de 1000kg.

Cruzando el canal por la Calle Damstraat llegaréis hasta el pintoresco y conocido Barrio Rojo, donde podréis pasear por las calles iluminadas con luces de neón -que recomendamos ir de noche para descubrir todo su “esplendor”-, mientras las mujeres situadas en los escaparates ofrecen sus servicios. A día de hoy, no deja de sorprender a todos sus visitantes.

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El Barrio Rojo está repleto de Coffee Shops, bares en los que está legalizada la venta y el consumo de marihuana pero que, curiosamente, no ofrecen alcohol (nose que es más chocante).  Podéis pasar el resto de la noche paseando y cenar en alguno de los restaurantes de la zona (muy baratos, pensados para el turista de fin de semana).

El día siguiente por la mañana, empieza el duro trabajo del turista y empezaremos recorriendo la ciudad a pie o en bicicleta. Iniciamos nuestra ruta visitando la Casa de Ana Frank, donde podréis conocer la conmovedora historia de las familias que se ocultaron entre sus paredes para escapar de la persecución nazi.

Después de recorrer la casa, tomad la Calle Prinsengracht hasta la Iglesia Westerkerk. Subiendo a su torre podéis disfrutar de las mejores vistas de la ciudad a 85 metros de altura. Frente a la iglesia y en el canal Keizersgracht encontramos el Homomonument, que recuerda a todos los gays y lesbianas, que han sido sujetos a persecuciones por su orientación sexual. Inaugurado el 5 de septiembre de 1987, tiene la forma de tres grandes triángulos rosas realizados en granito, colocados en el suelo formando los vértices de un triángulo mayor en la orilla del canal.

Tomando de nuevo la Calle Prinsengracht y girando hacia la derecha en Nieuwe Westerdokstraat llegaréis hasta la Estación Central. Enfrente de ésta podréis tomar alguno de los barcos turísticos que recorren los canales de Ámsterdam, una forma de ver la ciudad desde una perspectiva especial. Si lo deseais, podeis hacer una ruta diferente tomando el barco al atardecer justo cuando encienden las luces de los puentes y farolas, mucho más tranquilo y realmente espectacular. Antes de tomar el barco, aprovechar y visitar la zona del Museo MEMO -Museo de Ciencias y Tecnología– donde podréis subir a su increíble terraza escalonada y admirar una de las mejores vistas de la ciudad y de paso disfrutar del entorno reurbanizado de la zona portuaria.

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Una buena alternativa, después del paseo en barco es tomar la Calle Oudezijds Voorburgwal para llegar hasta Oude Kerk, una iglesia construida en 1302 que se conserva como el edificio más antiguo de la ciudad. Durante el trayecto podéis aprovechar para comer.

Desde esta ubicación también podéis visitar el sorprendente Museo Amstelkring, situado en la misma calle. La impresionante iglesia clandestina que esconde el pequeño edificio os dejará boquiabiertos.

Si tenéis tiempo suficiente, al salir del museo cruzad el canal y atravesad el Barrio Rojo. Tomad Sint Antoniebreestraat y llegaréis hasta el Museo Rembrandt, ubicado en la casa en la que vivió el artista.

Después de este subidón  de arte, otra buena opción es tomar la calle Waterlooplein y después Staalstraat. Cruzar Muntplein y llegar hasta el colorido Mercado de las Flores. Aquí podréis comprar bulbos de tulipanes y semillas de cannabis -edición especial turista. todo muy holandés. La Calle Singel nos llevará a la Plaza Spui, un lugar ideal para tomar un café y disfrutar de la tranquilidad  barrio.

Tras recorrer el agradable barrio si nos dirigimos a la Calle Leidsegracht y giramos en Lijnbaansgracht llegaremos hasta la Plaza Leidseplein, una de las zonas más animadas de la ciudad en la que podéis quedaros a cenar.

Para el último día, os dejamos los dos museos más importantes de Ámsterdam. Comenzaremos con una visita al Museo Van Gogh y conoceremos el intrigante mundo en el que se encontraba inmerso el pintor. Justo a él también se encuentra el Stedelijk Museum de Arte Moderno, que será más ameno para los no introducidos en el mundo del arte. Aquí encontraréis propuestas de diseño y fotógrafos de vanguardia muy interesantes.

Una vez fuera, cruzando el gran parque Museumplein llegaréis al Rijksmuseum, uno de los mejores museos de Holanda, famoso por su impresionante colección de cuadros del Siglo de Oro holandés.

Sabemos que es muy friki, pero por qué no, todo el mundo lo hace y no seremos menos. No os vayáis de la zona de los museos sin hacernos una foto en alguna de las letras gigantes de “I amsterdam”  esta especie de monumento es un ingenioso juego de palabras que en inglés que significa “yo soy Ámsterdam”, y que se ha convertido de forma involuntaria en el lema de la ciudad y de sus habitantes.

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Dependiendo del tiempo que tengáis y de vuestros gustos, podéis dar un paseo por Vondelpark, un agradable espacio verde habitado por cientos de especies vegetales y animales, o visitar la Heineken Experience, un recorrido a través de la historia y el proceso de fabricación de la famosa cerveza.

Con tanto paseo y recorrido, vereis – inevitable- los cientos de puentes que cruzan los canales, algunos más bonitos y típicos que otros, uno de los más bonitos que no puedes perderte es el Magere Brug (Puente Delgado, de madera). Un lugar curioso de la ciudad es tomar la foto única de “Los siete Puentes”  desde  Reguliersgracht, nada menos que 7 puentes de piedra en línea son visibles desde este lugar.

PARAÍSO DE LOS QUESOS

Es imposible no viajar a Ámsterdam y como mínimo, probar -sino más bien comprar- algún queso. Los quesos más destacados son el Old Amsterdam (el queso curado holandés más conocido), el Maaslander, Golden Age, el Gouda en sus variantes de sabores, y el Edam. Variedades las podremos encontrar en todos los tipos. Un clásico para los más sibaritas son los de hierbas, el ahumado o de comino.

Si bien hay cientos de tiendas por toda la ciudad, os podemos recomendar la cadena Golden Age Cheese Store, donde podrás comprar quesos garantizados en cuanto a su calidad además de catarlos “in situ” en una sesión de una hora de duración podrás convertirte en un auténtico degustador de quesos. Podrás ver cómo se elaboran y sabrás diferenciar entre sus variedades. Junto a los quesos disfrutarás de un maridaje de vinos especialmente seleccionados para la ocasión.

LA CARA MÁS JOVEN Y MODERNA: THE STUDENT HOTEL

Pocos hoteles como el The Student Hotel Amsterdam City (www.thestudenthotel.com) nos han sorprendido tanto en los últimos años como este. Un moderno establecimiento, con un diseño innovador, pensado por y para la gente joven que desea estar como en su casa. Espacios diáfanos donde estar cómodo en una atmósfera acogedora y darles la utilidad que se desee en cada momento.

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Este hotel es muy especial, ha logrado que en un mismo edificio conviven tres grupos que aparentan ser incompatibles en un principio, pero que aquí queda demostrado ,y con nota, que son un trío perfecto. The Student Hotel no es sólo una residencia de estudiantes, es también un hotel para huéspedes, así como profesionales de negocios que acuden a Ámsterdam por trabajo. Este hotel también alberga un espacio colaborativo llamado COLLAB, donde tanto estudiantes como jóvenes emprendedores pueden trabajar durante su estancia (larga o corta), como si fuera su oficina, todo pensado para startups y pequeñas pymes. Otros espacios que salen de lo normal, son su piscina con carril olímpico, su completo gimnasio con ring incluido, su gran sala de conferencias, así como su restaurante convertible en tres ambientes; para desayunos, cenas y bar chillout con excelentes cocktails. Todo un multiespacio de ocio pensado para provocar el encuentro y desarrollar sinergias positivas entre ellos, algo, que sin duda alguna se consigue.

The Student Hotel Amsterdam City se encuentra a tan solo 15 minutos andando del centro y a la mitad de tiempo si usas una de las cientos de bicicletas que dispone el hotel para cada uno de sus huéspedes. Todo un privilegio.

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