Tras las vacaciones: El Regreso

 Tras las vacaciones: El Regreso
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La vuelta al trabajo después de las vacaciones de verano siempre resulta difícil, por no decir insoportable. Volver a la rutina laboral después de unos días de hacer lo que nos daba la gana, irnos de fiesta, de cenas, de copas con los amigos, sin importar el día ni la hora, puede ser mucho más complicado y convertirse en un horrible sacrificio.

Nos referimos al famoso “síndrome postvacacional”. El síndrome se define como un conjunto de síntomas que pueden sufrir los trabajadores al reincorporarse al trabajo. Estos incluyen principalmente: cansancio general, dolor muscular y alteraciones del sueño y del apetito. Además de estar acompañada de desmotivación, tristeza e irritabilidad. Suele durar de 2 a 3 días hasta un máximo de 21 días hasta que las personas se adaptan a su nueva realidad. Cuando el malestar persiste en el tiempo, produce ansiedad y/o depresión. Diferentes estudios apuntan que entre un 25% y un 30% de los trabajadores desarrollan este síndrome postvacacional.

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Quien lo padezca será incapaz de reencontrarse con la totalidad de las obligaciones de su puesto de trabajo. El estrés, el malestar psíquico, la tristeza, la irritabilidad, la desmotivación, e incluso la depresión, son algunos de los síntomas que padecen muchos trabajadores cuando retoman sus obligaciones después de haber disfrutado de un periodo vacacional intenso. Para evitar estos síntomas y recuperarnos lo antes posible, los expertos recomiendan:

– Mantener una actitud positiva ayuda a enfrentar mejor el estrés y las tensiones que surjan en el seno de nuestro trabajo. No hay que pensar en lo lejos que está el próximo periodo de vacaciones, sino concentrarse en los pasos inmediatos a seguir y pensar que volvemos al trabajo con las pilas cargadas.

Priorizar las tareas nos ayudará a establecer unas pautas de funcionamiento que regulen una posible depresión postvacacional. Es importante no intentar abarcar todas las tareas pendientes a la vez, ni leer los correos electrónicos de golpe. Lo ideal es poder establecer un orden dentro de la planificación, abordando primero aquellas cosas que necesiten una respuesta inmediata. Por otro lado, si el día de la incorporación al trabajo es un lunes, la sensación de depresión puede ser mayor. Una buena idea es hacer la vuelta un día diferente de la semana a ser posible. Así, el impacto psicológico que puede provocar la vuelta al trabajo será menor.

– Es importante establecer tras la llegada al puesto de trabajo una comunicación fluida con los compañeros pues eso hará más llevaderos los primeros días de trabajo. Para ello, una primera reunión informal con los colegas y equipo logrará que tengamos una perspectiva rápida de lo que ha sucedido en nuestra ausencia y nos dará una idea de los asuntos urgentes a la hora de elaborar la agenda inmediata.

– Es conveniente intentar no alargar las vacaciones hasta el último minuto, ya que eso supone que se empiece la jornada laboral sin descansar lo suficiente y combinando el estrés vacacional con el laboral. Nos aconsejan volver de las vacaciones al menos dos o tres días antes de la incorporación al trabajo, para poder tener tiempo suficiente para descansar, organizar y planificarlo todo.

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– Estructurar de manera progresiva las responsabilidades también genera una sensación de control que contribuye a nuestro equilibrio. Es importante que, una vez incorporados a nuestro puesto de trabajo, comencemos a trabajar de manera gradual, teniendo en cuenta que nuestro rendimiento irá aumentando poco a poco.

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Según los expertos, a partir de los 45 años es cuando menos cuesta retomar la rutina. Además los españoles tienen más dificultad para reincorporarse a la vida laboral, un 60% dice padecer el síndrome frente a un 40% de los inmigrantes en nuestro país.

Si estos síntomas perduran en el tiempo pueden ser la señal de que algo no va bien. Este síndrome es un estado de ánimo que dura más o menos tiempo tras la vuelta a la rutina, por lo que es conveniente seguir las pautas adecuadas para evitar caer en él. Para impedir que nuestro ánimo se venga abajo al regreso de las vacaciones es muy importante empezar sin prisas e ir aumentando paulatinamente el ritmo de trabajo, no podemos pretender recuperar el trabajo acumulado en sólo una semana.

El ejercicio, las actividades de ocio en el tiempo libre y técnicas de relajación pueden hacer menos cuesta arriba la vuelta a la rutina. Una buena alimentación y las horas de descanso necesarias son indispensables para conseguir un buen estado de ánimo. La adaptación puede ser más o menos costosa, pero tenemos que tener claro que es un estado pasajero y que sentir algo de estrés es normal.

 

 

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