Turrones, nuestra perdición!
Cada año, quién más y quién menos, celebra de una forma u otra la navidad, lo que nunca faltará son esos turrones que tanto te gustan y que tanto odias para mantener tu dieta
Llegan ya las fechas de las celebraciones navideñas y nuestra dieta está a punto de resentirse por el irresistible aroma y variedad de los clásicos dulces típicos de estas fechas: los turrones. Cada año las grandes superficies llenan sus estanterías de cientos de cajas de diferentes variedades. Pero desde hace un par de años está tomando fuerza el consumo del turrón cien por cien artesanal. Más caros, pero deliciosos.
En estos tiempos que corren, la artesanía culinaria, y en este caso, la pastelera gana adeptos por momentos. El precio de estas delicias para el paladar oscila entre los 24 y los 35 euros el kilo, dependiendo del establecimiento y del tipo de turrón. Fundamentalmente, la mejor opción es la de escoger las variedades tradicionales, las de toda la vida, es decir, el guirlache, el Jijona, el Alicante, el de fruta confitada y el de yema.
La fabricación de los turrones es básica y sencilla, se repela la almendra y se procede en primer lugar a su tostado introduciéndola en el horno durante una hora aproximadamente. Una vez tostada se deja reposar a la almendra hasta que se enfría. Para las variedades de Alicante y Jijona, se utiliza una mezcla base que se obtiene de la cocción de la miel junto con el azúcar y la clara de huevo.
Esta mezcla junto con la almendra tostada es lo que formará la masa del turrón, que dependiendo de la proporción de almendra será de Jijona o de Alicante. En las llamadas variedades de obrador, sólo se requiere mezclar la almendra en crudo con diversos componentes como yema, fruta, coco, nata, nueces, obteniendo exquisitos sabores. Una vez que obtenemos la masa se corta en pastillas de forma rectangular de unos 200 gramos y se dejan reposar durante unas horas, y listo. ¿Te atreves con tus propios turrones caseros?
