Foot Fetish o fetichismo de pies como atracción sexual

 Foot Fetish o fetichismo de pies como atracción sexual
Comparte este contenido rápidamente en:

De la misma manera que hay fiestas de ambiente liberal o BDSM (Bondage, Dominación, Sumisión, Masoquismo), también hay eventos temáticos alrededor de este fetichismo.

Para un fetichista del pie, el erotismo arranca en el tobillo y no, no continúa en línea ascendente como indicaría la lógica del deseo, sino que se dirige hacia abajo. Allí le esperan 26 huesos, 33 articulaciones, un centenar de músculos y una inquietante red de infinitas terminaciones nerviosas que tienen conexión directa e inmediata con los centros del placer del cerebro.

Publicidad

La mayoría de la gente sólo quiere saber si entran en normal sexual de lo “normal”, generalmente para justificar lo que pasa por su mente cuando están fantaseando. La verdad es que no hay algo “normal” con respecto al sexo, las únicas constantes son la diversidad y variación, porque somos diferentes en nuestros deseos sexuales. Siempre y cuando haya consentimiento mutuo, no importa no si parece normal.

Hay que tener en cuenta que los fetiches son esos objetos, materiales o situaciones que generan un aumento del placer sexual. Cuando hablamos de que la diferencia entre un comportamiento sexual “sano” y “perverso” depende de la utilidad del fetiche es la siguiente. Si el fetiche es un complemento de la erotización y no se pone en riesgo a sí mismo o a otro, se puede hablar de una sexualidad sana. Sin embargo, si la excitación sexual sólo depende de la presencia del fetiche o bien, este último incluye atentar contra sí mismo u otro, estamos ante una situación patológica.

Así que, ¿cuál es la diferencia entre fantasía y fetiche? Una fantasía es algo en lo que inviertes mucho tiempo mientras tienes sexo o te masturbas. Algunas de estas fantasías están muy altas en el la lista de cosas por hacer y algunas preferirías que no vean la luz del día. Un fetiche, es algo que tiene que estar presente para que alcances la excitación o el orgasmo. Pero si tienes un fetiche por los tatuajes, mejor asegúrate de que tu pareja tenga tinta o vas a tener un problema para concentrarte sexualmente.

Ahora bien, una de las parafilias más comunes en los hombres homosexuales es la podofilia. Esta se refiere a la erotización a partir de la visualización o contacto con los pies de otra persona. Esta adoración o gusto por los pies, tiene varias explicaciones desde la vertiente psicológica.

La principal es aquella que refiere que las personas que tienen este fetichismo, reducen la imagen erótica de su pareja sexual a solo una parte del cuerpo, en este caso los pies. Del mismo modo, se han analizado a profundidad a personas con este fetiche, y se ha concluido que es probable que la erotización hacia los pies sea provocada porque es una parte del cuerpo que suele ser poco visible casi tanto como los genitales. Por ello, cuando se muestran pueden generar en el podofílico un placer casi tan cercano como el ver los genitales de su pareja.

Publicidad

No es necesario hablar de fetiche para saber que un masaje en ellos nos eleva a un estado de bienestar general y a unos niveles de excitación únicos.

Para un fetichista, la simple visión de un pie desencadena un proceso de sensaciones sexuales agradables y muy estimulantes. Sea cosa del intelecto o del impulso, lo cierto es que la erótica del pie es compleja y admite muchos matices que se van desvelando a medida que esta devoción va saliendo del armario. En algunos países se han creado clubs privados que celebran las famosas fiestas Foot Fetish, España ya cuenta también con su propio ateneo de fetichistas, que reúne a gente corriente con una marca común la adoración del pie.

El fetichista conoce el punto exacto que debe tocar en cada momento siguiendo la ruta erógena del pie: los tobillos, el arco, las zonas entre los dedos… En ocasiones, el fetichista toma nota de la reflexología podal, que le indica el modo preciso de tocar, acariciar o presionar, pero lo más fascinante es que cada uno explore su cuerpo y descubra sus áreas erógenas exclusivas.

«¿Pero se folla?», puede ser una de las primeras cosas que pasan por la cabeza. Cuando decimos la palabra «sexo» o cualquier derivada, rápidamente nos vamos a los genitales. Pero hay mucha más actividad sexual que la que se concentra en esos centímetros del cuerpo. Hablar de fetichismo es pensar en una sexualidad cuyo objetivo no es la penetración. Aunque puede haberla. Una cosa no es incompatible con la otra.

En este tipo de encuentros sexuales hay juegos compartidos, sensualidad, placer y excitación. Todo ello en diferente grado. Algunos participantes simplemente pasan un rato agradables compartiendo una actividad placentera. Otros tienen erecciones al practicar trampling o al adorar un pie. Y siempre hay zonas reservadas para quién quiera ir más allá. Algo que por otro lado no es realmente necesario para disfrutar del erotismo de unos pies.

Publicidad

Post relacionados: