¿TIENES DUDAS SOBRE EL SEXO BONDAGE?

 ¿TIENES DUDAS SOBRE EL SEXO BONDAGE?

bondage gay

Comparte este contenido rápidamente en:

La palabra bondage significa «servidumbre» o «esclavitud» en inglés, un término que se ha utilizado para bautizar esta práctica sexual.

Este tipo de sexo no es nuevo, de hecho, se lleva practicando a lo largo de los siglos, pero sí ha dejado de ser un tema tan tabú como podía ser antes. Probablemente lo primero que se te venga a la cabeza al escuchar la palabra «bondage» sean fustas, antifaces, diferentes juguetes sexuales y mucho, mucho cuero. Pero en realidad no tiene por qué implicar ninguno de estos elementos ni tampoco es lo que erróneamente se ha calificado como sadomasoquismo.

¿BONDAGE, DOMINACIÓN, SADOMASOQUISMO?

Publicidad

Desde fuera, las siglas BDSM parecen un batiburrillo de cosas distintas que puede que no entendamos: bondage, disciplina, dominación, sadomasoquismo… ¿Es posible realizar una sóla de esas prácticas sin las otras? Si es así, ¿por qué siempre van unidas?

El BDSM es un menú del que cada cual puede probar varios platos y elegir los que encajen mejor con su sexualidad. Las siglas incluyen al menos tres tipos de actividades eróticas: Bondage (ataduras e inmovilizaciones), D/s (escenas de dominación/sumisión, órdenes, protocolos) y S/M (sadomasoquismo, dolor erótico con azotes, látigos, pinzas…). Hay gente muy todoterreno, pero también hay quien por ejemplo sólo disfruta de la sensación de atar o ser atado, pero no te pongas a darle órdenes ni te le acerques con un látigo porque te lo hará comer… Y así todas las combinaciones posibles. Confundir por ejemplo a una persona únicamente masoquista con una únicamente sumisa es fruto de incontables confusiones… Y afirmar que existe una única forma válida de practicar el BDSM es no entender nada.

Históricamente, el bondage fue una práctica japonesa utilizada para inmovilizar a prisioneros (también denominada shibari, que significa «atadura») y que a lo largo de los años ha evolucionado para convertirse en una atadura erótica, utilizada para practicar sexo. El bondage puede ser una práctica saludable, divertida y excitante siempre que se practique con el consentimiento de ambos y cumplan con la sigla SSC: sensato, seguro y consensuado. Por tanto, es hora de romper con los prejuicios que hemos tenido hasta ahora. Si se hace bien, puede resultar una experiencia placentera.

¿CÓMO INICIARSE EN LA DOMINACIÓN / SUMISIÓN?

Lo esencial es superar las barreras internas y asumir la D/s con naturalidad. La aceptación de nuestro gusto por la sumisión es el primer paso para el aprendizaje y el equilibrio de las nuevas emociones que experimentaremos es este largo y placentero proceso.

Cuando aprendes a aceptarte como eres, aprendes a descubrirte internamente, a tomar el control de tu vida y disfrutar de ella, a ser lo que quieres ser, olvidándote de las normas establecidas.

Publicidad

Nos parece que en este proceso de aceptación es esencial una información fiable y sensata, que ayude a disipar las dudas y los falsos tópicos que circulan sobre la dominación / sumisión. Esa información debe orientar en los inicios, y también prevenir los errores y riesgos del proceso, haciéndolo algo natural dentro de la evolución personal de quien se acerca a este mundo.

La mayoría de la gente que se inicia en el BDSM lo hace para satisfacer sus necesidades sexuales. El sexo convencional, “normal”, sin morbo, aunque resulta agradable, suele terminar siendo aburrido cuando se cae en la rutina. Hazlo con alguien con quien tengas confianza: en realidad puedes hacerlo con quien quieras, pero es más seguro practicarlo con tu pareja o con alguien en quien confíes. Lo importante es sentirte segura y a gusto en esa situación. Imagina que un desconocido te propone atarte en la primera cita… no inspiraba mucha confianza, ¿verdad?

Elige un rol: puedes optar por ser la persona atada o la que ate. Ponte de acuerdo con tu pareja antes de comenzar. Deja a un lado la vergüenza: el objetivo es disfrutar del sexo, así que deja a un lado el pudor y di en voz alta cómo quieres hacerlo o cuáles son las fantasías sexuales que te gustaría llevar a cabo.

No hay nada realmente bueno o malo cuando se trata de lo que te haría feliz. Pero antes debe saber uno exactamente lo que es. Ten presente que tus propios límites personales, lo que te gusta y no te gusta en un determinado momento, pueden cambiar con el tiempo a medida que avanzas y aprendes más cosas. Bondage sí, pero sin dolor: puede que hayas escuchado aquello de «palabra de seguridad», un término acordado entre dos (o más) personas antes de practicar BDSM. La finalidad es decirla en voz alta cuando alguno no quiera continuar con esta práctica. Es como un código de alerta que puede significar «más flojo», «detente», «eso no me gusta»… Puedes inventarte una o simplemente decir a tu pareja que pare y punto. Te recordamos que el sexo bondage ha de ser sensato, seguro y consensuado, no doloroso.

Publicidad

 

 

 

 

Post relacionados: