La transmisión del virus de la hepatitis C por vía sexual

 La transmisión del virus de la hepatitis C por vía sexual
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Un estudio alemán intenta explicar cómo el virus de la hepatitis C se transmite por vía sexual. Los últimos datos muestran que en los países occidentales se está produciendo una epidemia de transmisión sexual del virus de la hepatitis C (VHC) entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y, en particular, en aquellos que son VIH positivos.

De esta nueva epidemia que está afectando a los HSH ya informamos en Gay Barcelona (ver número 82 de julio de 2011). De acuerdo con investigaciones internacionales, esta vía de transmisión habría comenzado a mediados de la década de 1990. Por otra parte, investigadores de Canadá, Australia y Europa occidental han descubierto que la propagación de la coinfección por el VHC entre HSH con VIH parece haberse acelerado después del año 2000.

El estudio publicado por científicos de Berlín, Bonn y otras ciudades alemanas ha investigado la extensión de la coinfección por el VHC y el VIH entre los hombres gais en ese país. Sus resultados sugieren que «las prácticas sexuales que comportan sangrado rectal y la inhalación de drogas entre las personas que tienen altas tasas de infección por el VHC, son factores de riesgo.» En tales circunstancias, los preservativos y los guantes no pueden proporcionar suficiente protección «si están contaminados con sangre», señaló el equipo alemán. Además, algunas infecciones comunes de transmisión sexual, como la gonorrea, la sífilis y las verrugas genitales, juegan también un papel en la transmisión del VHC y el VIH.

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Detalles del estudio

Entre 2006 y 2008, los investigadores alemanes reclutaron a hombres gais que estaban coinfectados por el VHC y el VIH (a quienes denominaron como los «casos») y otros que no lo estaban (denominados «controles») para entender cómo el VHC se transmitía sexualmente.  A todos se les hizo una encuesta para evaluar sus conocimientos, actitudes y conductas referentes a las infecciones de transmisión sexual (ITS).

En total, el equipo de investigación reclutó a 34 hombres coinfectados por el VIH y el VHC y a 67 que no lo estaban. Los participantes compartían características similares  en cuanto a edad, empleo y tipo de relaciones: 41 años y con una media de edad de iniciación en prácticas sexuales a los 17. El 77% estaba en tratamiento con antirretrovirales y más del 97% se autoidentificaron como gais.

Resultados

El equipo recabó muchos  datos que proporcionaron pistas sobre la transmisión del VHC en situaciones sexuales. El análisis estadístico reveló que algunos de los siguientes comportamientos estaban vinculados a la transmisión del virus C. El traumatismo rectal con sangrado, el fisting receptivo frecuente sin uso de guantes, el sexo grupal y el uso de drogas por vía nasal, fueron los principales determinantes identificados en la transmisión del VHC.

Implicaciones quirúrgicas

El equipo del estudio encontró que muchos de los hombres coinfectados tenían una historia de episodios múltiples de cirugía ano-rectal con hemorragia durante el sexo. También el uso de fármacos orales para la disfunción eréctil o para potenciar las erecciones y permitir períodos prolongados de sexo, fue común entre los coinfectados. Los investigadores alemanes  consideran que la alta frecuencia de la cirugía ano-rectal fue consecuencia del tratamiento de verrugas y/u otras lesiones causadas por el virus del papiloma humano (VPH), que también se transmite por vía sexual. La cirugía ano-rectal para las verrugas puede dañar el tejido mucoso, que es delicado,  y puede causar sangrado después de la cirugía. Si el periodo de tiempo que transcurre entre la cirugía y el reinicio de relaciones sexuales anales es insuficiente, se puede producir sangrado,  facilitándose la transmisión del VHC, el VIH y otros gérmenes.

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Serosorting o “sero-adivinanzas”

Una  estrategia que algunas personas toman en consideración para reducir la infección del VIH es  la búsqueda para la actividad sexual de personas con el mismo seroestado. Por ejemplo: una persona con VIH busca a otra persona con VIH para mantener relaciones sexuales anales sin preservativo y eludir  la “responsabilidad” de transmitir el VIH a otros.  O una persona VIH negativa busca a otra persona VIH negativa para evitar el riesgo de infectarse. Esta estrategia se denomina serosorting. En teoría, el serosorting  debería ayudar a reducir la transmisión del VIH. Sin embargo, en realidad puede producir el efecto contrario ya que varios factores pueden conducir al mantenimiento de relaciones sexuales sin protección. Algunos individuos hacen suposiciones sobre el estado serológico de una posible pareja sexual basadas en la apariencia, el comportamiento o lo que esa pareja dice o manifiesta. A esto se le denomina como “sero-adivinanzas”, porque esas suposiciones no siempre son acertadas ni coinciden con la realidad,  tal y como el profesor Barry Adam de la Universidad de Windsor (Canadá) ha encontrado en sus investigaciones.

Muchas infecciones de transmisión sexual  (ITS) pueden no presentar síntomas, por lo que las personas pueden no ser conscientes de estar infectadas. Sin embargo, cuando la afectación es ano-genital, facilita significativamente la transmisión del VIH. Si no se  llevan a cabo controles de forma regular, estas infecciones se pueden transmitir con facilidad dentro de las redes sexuales de las personas que optan por el serosorting. En consecuencia, las personas que se deciden por el serosorting pensando únicamente en la prevención de la transmisión del VIH, corren el riesgo de olvidar protegerse contra otras ITS.

Incremento del riesgo

Los investigadores alemanes encontraron que los hombres en su estudio habían tenido muchas parejas sexuales y esto incrementaba el riesgo de exposición al VHC. Otro factor que las personas no tienen en cuenta, es que el virus de la hepatitis C fuera del cuerpo, puede mantener su capacidad infecciosa en temperatura ambiente hasta dieciséis horas. En el caso

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de haber un uso compartido de equipos, como pajas o rulos para inhalar cocaína u otras sustancias, o si se comparten juguetes sexuales como dildos,  el VHC se puede transmitir con mucha facilidad.

Drogas por vía nasal

Diversos estudios han  determinado que algunos HSH que participan en fiestas de sexo suelen usar drogas (anfetaminas, cocaína, ketamina…) con el fin de incrementar la sensación de placer o para sentirse con más energía. Estas drogas se pueden tomar por vía oral, rectal o por inhalación. El dispositivo para inhalar, en muchas ocasiones es compartido, y puede entrar en contacto con secreciones de las mucosas o la sangre de otros usuarios. La propia droga puede hacer daño a las delicadas membranas de la nariz, permitiendo así la transmisión del VHC y otros gérmenes de una persona a otra. Teniendo en cuenta esta información, el equipo alemán hizo esta declaración:

«Un billete enrollado para inhalar drogas que está circulando en una fiesta de sexo, podría ser suficiente para exponer a los consumidores a sangre infectada por el VHC.»

Sangre

El equipo alemán resumió sus conclusiones con esta declaración: “El medio fundamental, a nuestro juicio, es la sangre en lugar del semen. En una sesión de sexo en grupo, un puño o pene penetrante, contaminado con sangre, podrían servir como vectores de la transmisión del virus para otras parejas receptivas, siempre y cuando no se utilicen guantes o condones, o no sean renovados para cada nueva pareja sexual, especialmente cuando se utiliza el lubricante procedente del mismo frasco. Las lesiones en las mucosas anal y rectal, causadas por fisting, por una penetración anal prolongada o por una ITS en el ano,  pueden actuar a la vez como una puerta de entrada de una infección por VHC, así como fuente de infección”. Esto quiere decir que el virus se puede transmitir de una persona que está siendo penetrada a otra que también recibe una penetración de quien está penetrando a ambas (con el puño o el pene), aunque esta última no esté infectada por el VHC, pero sí actuando como vector de la infección.

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Prevención

El equipo de investigación subraya que hacen falta esfuerzos educativos para incrementar la prevención del VHC dentro de la comunidad HSH.

Basándose en sus investigaciones, el equipo de investigadores alemanes  afirmó que “parece ser que la transmisión sexual del VHC ocurre cuando la sangre contaminada con el virus se transmite en un contexto donde hay un mayor riesgo de transmisión. Es el caso del sexo en grupo entre personas con VIH”.

A modo de conclusión, debemos tener en cuenta que la infección por el VHC puede producirse  muy fácilmente cuando las mucosas anales y rectales están desgastadas, debilitadas o dañadas como consecuencia de una infección de transmisión sexual causante de inflamaciones y/o úlceras. Además, el uso prolongado de fármacos orales para la disfunción eréctil o potenciadores de la erección, incrementan el riesgo de infección porque al aumentar el tiempo de penetración aumenta el daño que reciben las mucosas. Asimismo, el riesgo de transmisión del VHC se incrementa  en una “situación” de fisting y sangrado, particularmente después de haber tenido una cirugía ano-rectal.  Si durante las sesiones de sexo en grupo los condones y/o los guantes no  se cambian para cada nueva pareja sexual, el mismo condón o guante puede convertirse en vehículo  de transmisión del VHC, independientemente de que la persona que inserte su puño, mano o  pene esté infectada o no por el virus de la hepatitis C. Además,  similares patrones de infección podrían producirse con los billetes enrollados o los rulos que se comparten con la inhalación de drogas.

Los investigadores concluyeron que tras estos resultados es necesario seguir investigando para conocer cuando es el momento adecuado para reiniciar las relaciones sexuales anales tras haberse sometido a una cirugía ano-rectal.

Fuente: CATIE http://www.catie.ca/

Por Michael Meulbroek (Projecte dels NOMS-Hispanosida)

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