El tabaco y el riesgo de cáncer de pene
El cáncer de pene se origina con frecuencia en el glande y rara vez en el prepucio o en el cuerpo del pene, formando masas ulcerativas. Esto hace que el resto del glande se vea afectado al igual que los cuerpos cavernosos. Los signos y síntomas de cáncer de pene incluyen heridas, enrojecimiento, irritación, secreción, sangrado, o una protuberancia en el pene. Los tratamientos para el cáncer de pene incluyen cirugía, terapia de radiación, y quimioterapia.
Este tipo de cáncer es uno de los grandes desconocidos debido a su baja frecuencia, se estima que se diagnostican menos de 300 casos al año en España, debido a las implicaciones psicológicas que eso conlleva. La mayoría de los casos se observan en varones de 50-70 años, aunque casi un tercio de los casos afectan a varones menores de 50 años. No hay una causa exacta que provoque el cáncer, aunque uno de los principales factores de riesgo y más frecuentes es el consumo de tabaco que provoca, directa o indirectamente, al menos la mitad de los casos. Otras dos causas pueden ser por la infección del virus del papiloma humano o la falta de higiene, que hace que se acumulen restos a lo largo de la vida y se cree una infección. Los hombres que se han hecho la circuncisión tienen menos posibilidades de sufrir esta enfermedad.
¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES SÍNTOMAS QUE PUEDEN ALERTAR A UN HOMBRE SI TIENE CÁNCER DE PENE?
Se trata de una lesión que puede brotar en toda la piel que recubre el pene, en la capa interna del prepucio o en el glande. Ahí se produce una pequeña erupción con flujo mal oliente hasta que poco a poco va creciendo y se forma una verruga con dolor. Este tumor se relaciona principalmente con infecciones que pueda haber en el órgano masculino, por lo que el médico realiza una biopsia para confirmar que es cáncer. Por consiguiente, es una lesión visible, el problema es que hay hombres que no lo detectan porque si está debajo del prepucio, ni lo tocan ni lo ven hasta tiene un tamaño considerablemente grande.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la enfermedad depende mucho de la fase en la que se encuentre la misma, por eso que es muy importante acudir al médico cuanto antes, puesto que luego le van a quedar menos secuelas.
LA CIRUGÍA ES EL TIPO MÁS FRECUENTE DE TRATAMIENTO
En los tumores más pequeños pueden utilizarse tratamiento con láser y radioterapia, intentando conservar los márgenes, se quita el tumor y el tejido sano. Actualmente se esta intentando preservar la mayor parte posible del glande y el cuerpo del pene, para así conservar la función urinaria y sexual.
La cirugía total es más complicada, dado que el tumor es más grande, siendo a la vez la más traumática para el paciente, puesto que consiste en extirpar la totalidad del pene. Desafortunadamente en este caso, disfunción de la orina y de la sexual aparecen, la uretra se redirige por detrás de los testículos creando un orificio para que el paciente pueda orinar. Intentando realizar una reconstrucción del pene, aunque esta técnica sigue siendo extremadamente compleja.
CONSEJOS PARA LLEVAR UNA VIDA NORMAL
Este tipo de cáncer se cura, pero lo que peor llevan los pacientes es el tema psicológico, ya que afecta a su virilidad. “La amputación es muy difícil de manejar, puesto no sólo afecta a tu vida personal, sino también a la vida en pareja, la convivencia puede deteriorarse, por lo que un soporte psicológico después de la intervención es absolutamente imprescindible. También están los grupos de apoyo, que es una herramienta de afrontamiento útil. “Estos grupos permiten que los participantes conozcan a otras personas como ellos y se den fuerza entre sí”.
También existen muchos de sitios web de apoyo por Internet o foros para quienes no tengan acceso a una reunión tradicional.
Otra cosa que ayuda a superar la enfermedad es mantenerse activo físicamente. La actividad física estimula la liberación de endorfinas, unas hormonas que contribuyen a elevar el estado de ánimo, así como a disminuir la sensación de cansancio.