El drenaje linfático

 El drenaje linfático
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Existen dos modalidades de denaje linfático, el manual , que es el más extendio y recomendado y el asistido.

El manual es realizado por un especialista que es el encargado de conseguir los resultados esperados. Para ello, reliza una serie de maniobras lentas, indoloras, que recuerdan en muchas ocasiones a un masaje convencional. Todo ello se realiza a partir de un protocolo basado en un profundo estudio de la anatomía y fisiología del sistema linfático que permite drenar o desplazar la linfa que por cualquier causa patológica se encuentra estancada a territorios linfáticos sanos para su evacuación normal hacia el torrente venoso. La clave del éxito del drenaje linfático manual está en el drenaje de las proteínas de los edemas linfáticos, que hoy por hoy, no son capaces de drenarse por medios instrumentales (por ejemplo, la presoterapia, que drena sólo líquido intersticial).

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Otro tipo de drenaje linfático es el denominado como asistido, que se realiza a través de la ayuda de determinadas máquinas especialmente diseñadas para conseguir este efecto. Estos aparatos realizan una serie de presiones en puntos señalados del cuerpo para conseguir reactivar el flujo de la linfa a través de los vasos linfáticos. Uno de los más populares es el “pantalón” especial que se usa en la presoterapia y cuya finalidad es, precisamente, la de contribuir a que el paciente mejore su sistema linfático.

BENEFICIOS

El sistema linfático funciona como aparato de depuración o limpieza, pero también ejerce en calidad de sistema de protección y defensa del propio organismo.

Además desempeña una función clave en la nutrición de los tejidos, especialmente gracias a su efecto limpiador, que se deja notar sobre la piel. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de los tratamientos estéticos generan un incremento de la irrigación, lo que se traduce en una mejora del aporte nutritivo y de oxígeno sobre el área tratada.

El drenaje linfático es una terapia física que estimula la circulación favoreciendo la salida de líquidos con deshechos, disminución de la hinchazón, dolor y síntomas producto de la enfermedad circulatoria.

El masaje circulatorio se realiza en todo el cuerpo para estimular la circulación en general, con especial dedicación a los sitios más afectados con hinchazón (edemas) como pueden ser las piernas, brazos y abdomen, también pecho y espalda.

Así pues, los beneficios directos son:

– Mejora la circulación de retorno – Regenera el sistema linfático

– Consigue un efecto sedante y relajante al actuar sobre el sistema nervioso vegetativo – Inhibe los estímulos dolorosos

– Regula el tono de la fibra muscular lisa y de la estriada

– Mejora el sistema defensivo inmunológico por la superproducción de linfocitos

– Estimula la función renal

 

 

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