Los hijos de madres lesbianas y padres gays

 Los hijos de madres lesbianas y padres gays
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Otro sector de población que permanece en el anonimato y del que sólo se habla en abstracto es el de las hijas e hijos de madres lesbianas y padres gays. Por motivos que son obvios, estos chicos y chicas no aparecen jamás en los medios de comunicación. El ciudadano medio ni siquiera sospecha de su existencia. Alguna gente se echa las manos a la cabeza ante la posibilidad de que las lesbianas o gays podamos adoptar. Pero el caso es que los hijos y las hijas de lesbianas, principalmente, y de gays existen en un número elevado. En un número, en realidad, mucho más elevado de lo que se piensa. Estos chicos y chicas forman parte del sistema educativo general, pero a diferencia de sus compañeros pertenecientes a familias cuyo núcleo es una pareja heterosexual, no oyen jamás hablar de su realidad familiar o de la realidad afectiva de sus padres y/o madres.

Por un lado, están los hijos e hijas de matrimonios heterogéneos, es decir, los formados por un miembro heterosexual y el otro homosexual. Para conocer algunos datos de esta realidad, nuevamente debemos remitirnos a otros países. Según datos de Michael W. Ross[1] y de F. W. Brozett [2] el 20% de los hombres gays se casan en algún momento de su vida y el 2% de los hombres casados son gays. Entre las lesbianas, más del 30% contraen matrimonio y más del 3 % de las mujeres casadas lo son. Un 25% de los hombres gays tiene hijos y el porcentaje de lesbianas parece ser mayor. Aunque estos estudios están hechos en Estados Unidos, los autores mencionan también estadísticas de varios países, como Holanda, Suecia y Australia, sin que los porcentajes cambien considerablemente, por lo que no hay razón para presuponer que España sea muy diferente.

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A menudo se producen conflictos cuando los hijos descubren la homosexualidad de uno de sus progenitores. Aunque alguna investigación realizada apunta que los jóvenes suelen aceptarlo con comprensión, el hecho de que el tema sea casi un tabú insalvable en sus entornos habituales, muy especialmente en las escuelas, hace que el problema se agrave.

Cada vez es más común el caso de hijas o hijos de parejas de lesbianas y gays. Estos niños y niñas o adolescentes se encuentran en el mismo problema. Lo que ven y aceptan como normal en el hogar no lo encuentran jamás como un referente positivo en los centros en los que reciben educación. Los orientadores de los centros no suelen saber qué hacer con estos casos.

Una pareja de lesbianas, madres de un niño denunció al COGAM la carta enviada por el orientador del colegio de su hijo a todos los progenitores de los alumnos en el que se decía lo siguiente:

“Si usted tiene sospechas de que su hijo puede ser homosexual, no se preocupe, se trata de una etapa pasajera”.

Por desgracia, debemos decir que ésta no es una de las actitudes menos comprensivas que se pueden encontrar en sus centros de enseñanza los chicos y chicas gays y lesbianas o los hijos procedentes de familias con uno de los cónyuges o los dos homosexuales.

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