Luces y sombras del bondage… Que no de Gray

 Luces y sombras del bondage… Que no de Gray
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La recientemente estrenada “50 sombras de grey” ha abierto la caja de pandora en cuanto a uno de los fetiches sexuales menos tratados de forma natural por los heterosexuales y algo menos por los homosexuales. Para los que aún estáis en esa fase de indecisión, aquí os dejamos unos consejos para vuestra iniciación.

 

Se calcula que entre el 30 y el 50% de la población adulta tiene fantasías sadomasoquistas de sumisión o de dominio. Sin embargo para muchas de esas personas el proceso de llevar esas fantasías a la práctica está plagado de temores, conflictos, dudas y tabúes.

¿CÓMO INICIARSE EN LA DOMINACIÓN / SUMISIÓN?

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Lo esencial es superar las barreras internas y asumir la D/s con naturalidad. La aceptación de nuestro gusto por la sumisión es el primer paso para el aprendizaje y el equilibrio de las nuevas emociones que experimentaremos es este largo y placentero proceso. Cuando aprendes a aceptarte como eres, aprendes a descubrirte internamente, a tomar el control de tu vida y disfrutar de ella, a ser lo que quieres ser, olvidándote de las normas establecidas. Nos parece que en este proceso de aceptación es esencial una información fiable y sensata, que ayude a disipar las dudas y los falsos tópicos que circulan sobre la dominación / sumisión. Esa información debe orientar en los inicios, y también prevenir los errores y riesgos del proceso, haciéndolo algo natural dentro de la evolución personal de quien se acerca a este mundo.

La mayoría de la gente que se inicia en el BDSM lo hace para satisfacer sus necesidades sexuales. El sexo convencional, “normal”, sin morbo, aunque resulta agradable, suele terminar siendo aburrido cuando se cae en la rutina. Las personas suelen desear algo más y, en lo más hondo de su ser, sienten la necesidad de algo más. Sus fantasías tienden hacia esos aspectos más morbosos de la actividad sexual. Pueden sentirse culpables o avergonzados por tener esas inclinaciones y esas necesidades. La sociedad nos inculca que somos seres inteligentes y capaces, todos iguales. Aquellas personas que sienten inclinación por la sumisión pueden tener serios conflictos con la educación que han recibido y con las normas sociales, donde no está bien visto que te guste obedecer a una persona que te domine, arrodillarte ante él, que te ate o te unos azotes.. Para los que tienen tendencia a la dominación resulta un poco más fácil conciliar sus gustos con las normas sociales. En cualquier caso, esa contradicción entre lo que a uno le han enseñado y lo que uno siente en su interior puede generar una gran confusión, un sentimiento de culpa y de miedo. No hay nada realmente bueno o malo cuando se trata de lo que te haría feliz. Pero antes debe saber uno exactamente lo que es. Se honesto contigo mismo y con quienes hablen contigo. No te sientas avergonzado si tienes sentimientos de culpa, de cólera o de miedo por esa necesidad que subyace en ti. Procura no dejar que otros dicten tus emociones. Expresa honestamente tus necesidades y deseos, así como tus pensamientos y sensaciones, especialmente si tienes una pareja o compañero. Esa comunicación abierta y sincera es crucial en el BDSM. Intenta mantener una mentalidad abierta a las experiencias que otros te cuentan. Ten presente que tus propios límites personales, lo que te gusta y no te gusta en un determinado momento, pueden cambiar con el tiempo a medida que avanzas y aprendes más cosas.

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BONDAGE , DOMINACIÓN, SADOMASOQUISMO?

Desde fuera, las siglas BDSM parecen un batiburrillo de cosas distintas que puede que no entendamos: bondage, disciplina, dominación, sadomasoquismo… ¿Es posible realizar una sóla de esas prácticas sin las otras? Si es así, ¿por qué siempre van unidas?

El BDSM es un menú del que cada cual puede probar varios platos y elegir los que encajen mejor con su sexualidad. Las siglas incluyen al menos tres tipos de actividades eróticas: Bondage (ataduras e inmovilizaciones), D/s (escenas de dominación/sumisión, órdenes, protocolos) y S/M (sadomasoquismo, dolor erótico con azotes, látigos, pinzas…). Hay gente muy todoterreno, pero también hay quien por ejemplo sólo disfruta de la sensación de atar o ser atado, pero no te pongas a darle órdenes ni te le acerques con un látigo porque te lo hará comer… Y así todas las combinaciones posibles. Confundir por ejemplo a una persona únicamente masoquista con una únicamente sumisa es fruto de incontables confusiones… Y afirmar que existe una única forma válida de practicar el BDSM es no haber entendido la película.

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