Alargate… la vida

 Alargate… la vida
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Guerra a la inmovilidad: Numerosos estudios han demostrado que los hombres que queman unas 50 calorías diarias con actividades intensas (como el deporte) reducen las probabilidades de morir por una enfermedad coronaria, sobre los que queman más calorías con ejercicios menos dinámicos como andar. Ya lo sabes, apúntate a un gimnasio. Y haz abdominales. Estos sustituyen la grasa de la tripa por músculo y por tanto, reducen el riesgo de enfermedades cardíacas. y si no puedes, al menos utiliza las escaleras y pasar del sufrido y socorrido ascensor…

Corre en casa: Sobre todo cuando haga mucho calos. Las temperaturas altas suben los niveles de polución y salir a la calle a correr, haría del remedio algo peor que la enfermedad.

Desátate: Si, como Mónica Naranjo. Cómprate un saco de boxeo y córrelo a leches. Los hombres que expresan su ira, tienen la mitad de posibilidades de sufrir un ataque al corazón.

Emociones fuertes: Tu corazón se fortalecerá ante cualquier cosa que lo acelere (un susto, estar enamorado, que te diga que si el chulazo del gimnasio…). De esta manera le ayudas a funcionar a pleno rendimiento.

Optimismo al día: La depresión facilita las enfermedades cardíacas. Anímate y si no puedes, consulta a tu médico.

Relax!: Ya lo decían Franky goes to Hollywood, no hay nada como relajarse. 20 minutos de meditación diarios, son mano de santo contra el estrés y la depresión.

Un libro es el mejor amigo: Siéntate, en casa (no en el autobús ni en el metro), a leer un buen libro, al menos durante media hora. Si lo lees en voz alta, para otra persona, tu relajación será aún mayor.

La risa alarga la vida: Es un dicho popular y por lo tanto, sabio y certero. Lo shombres optimistas y alegres suelen tener menos dolencias cardíacas.

Más amigos y menos trabajo: Tener amigos en el trabajo reduce los problemas de tensión y nos hace menos competitivos (en ese plan borde que se ha puesto de moda gracias a la globalización). 

Asóciate: Si eres un solitario y por lo tanto, presa fácil del estrés o la depresión, apúntate a alguna asociación o ONG, que falta hace. Además, los solitarios tienen más riesgo de enfermedades coronarias que los que viven rodeados de amigos.

Digan lo que digan,¡el sexo es genial!: Los hombres (¡benditos ellos!) que practican sexo dos o más veces por semana, reducen el riesgo de un ataque al corazón. Vivir en pareja, de una manera coherente, se entiende, también reduce el estrés. Pero escoge sabiamente; aunque recuerda que nada es eterno.

La infidelidad, mata: Si eres soltero y sin compromiso, olvida este apartado, pero piensa que el estrés que producen las relaciones fuera de la pareja (que se si se entera mi novio, que si que mentita le digo…), aumenta el riesgo de infarto.

Tócate sin miedo: Lo ideal es el contacto cuerpo a cuerpo para prevenir la hipertensión y las arritmias, pero si no tienes posibilidad alguna, apúntate a un equipo de rugby o ten largas sesiones de “amor propio”.

Ensaladas con sabor: También reducirás el riesgo de infarto, si aliñas tus ensaladas con aceite de oliva virgen; nada de salsas preparadas.

Disfruta de una cervecita: También, aunque parezca increíble, tomar una cerveza entre tres y cuatro veces a la semana, reduce el riesgo de infarto. El caso es que el consumo de alcohol, de manera moderada, aumenta los niveles de colesterol HDL, que impide se formen coágulos en las arterias.

Agua ante todo: Todos deberíamos de beber más de un litro de agua al día. No solo reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, sino que es genial para el riñón.

De la cafeína, líbranos señor: Si existe algún problema cardíaco, el consumo de estas disparará las alarmas, ya que aumenta la presión sanguínea y acelera el corazón.

El te, a las cinco y a cualquier hora: Los flavonoides que posee el te, reducen el riesgo de coágulos. Un par de tes al día, pueden resultar milagrosos.

Más pescado que carne: Por lo menos dos veces por semana. Así reducirás la presión sanguínea. Y si te da pereza prepararlo, al menos aprovecha ese par de días que comes fuera de casa para pedirlo en el restaurante.

Más atún: Como dice el profesor Sánchez Ocaña, el Omega-3, reduce la presión sanguínea y fortalece el corazón, pero es que este pescado, además, tiene muchas proteínas.

Como más negro mejor: Nos referimos al chocolate (el resto, es cosa tuya). El cacao, base del chocolate, posee flavonoides que depuran la sangre.

De la sal, sal: El sobrepeso y el consumo de mucho sodio, facilitan las enfermedades coronarias. Olvida la sal.

Cítricos sí, gracias: El consumo de esta fruta, especialmente del pomelo, reduce el estrechamiento arterial y por lo tanto, la presión de la misma.

Plátano también: Esta fruta, junto al boniato, contienen grandes catidades de potasio, así como las pasas, los tomates y las papayas.

Dulce, como la miel: Sustituye el azúcar por miel, ya que esta posee antioxidantes. El azúcar refinado, reduce el colesterol HDL, necesario para evitar problemas cardíacos.

¡La cosa tiene huevos!: Pues si, sobre todo si son revueltos. Poseen un bajo nivel de grasas saturadas y poseen bataína, que reduce los niveles de homocisteina de la sangre.

A pinchazo limpio: La acupuntura estimula las endorfinas que relajan el corazón. Pínchate contra el estrés.
 

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