Canal Parade: Amsterdam imita Amsterdam

Como cada año, durante el primer sábado de agosto tuvo lugar en Amsterdam  la ya tradicional Canal Parade, un desfile del Pride con carrozas acuáticas sin igual en ningún otro lugar del mundo.

Destacaron en esta ocasión las barcas de Amnistia International con el lema  “Los derechos gays son Derechos Humanos”, asi como la titulada «Moulin  Rouge» y fue especialmente aplaudido por el público el colectivo de gays  judios y palestinos quienes juntos ondeaban en paz las respectivas banderas  de Israel, Líbano y Palestina. Gentes de totas las edades y condiciones,  hasta familias enteras con hijos y abuelas en silla de ruedas abarrotaban  calles y puentes junto a los canales donde desfilaba la Parade. Miles y  miles de ciudadanos y turistas, junto a gays llegados de todas partes del  país y del extranjero convertían Amsterdam en una fiesta continua. El  evento, organizado por asociaciones reivindicativas y de lucha contra el  sida junto al empresariado de los locales homosexuales de la ciudad, reunió  a numerosas embarcaciones que rivalizaban en decoración y música disco,  entre las que destacó Saunas Thermos con sus hombres-sirenas.

Holanda, primer y único país del mundo en reconocer el matrimonio  homosexual, siempre depara sorpresas. La policía desplegó una gran camapaña  durante la Canal Parade con la distribución de targetas con los colores del  arco iris y el lema «Proud to be your friend» (orgullosos de ser tus  amigos), con un número de teléfono las 24 horas y un e-mail  (gaycopasd@hotmail.com) para toda denuncia contra robos y carteristas.  Estos impresos incluían también consejos básicos para la seguridad en  holandés, inglés, alemán y francés, junto al logo oficial de la Canal  Parade. Igualmente podían encontrarse estas simpáticas targetas en pubs y  discos gay.

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A destacar la notable campaña contra las enfermedades de transmisión sexual  en todos los locales de encuentro homosexual, posa-vasos con recordatorios  sobre los efectos del alcohol y las drogas en relación a la sífilis y  hepatitis b, carteles y hasta unos rótulos luminosos en las dark rooms  firmados por el «angel de la oscuridad» exigiendo la prática del sexo  seguro. Existe incluso una página web en holandés para toda consulta y  prevención: www.homoseks.nl/soa

Huelga decir que en cualquier parte de la noche gay en Amsterdam nunca  faltan preservativos gratuitos y que los precios de las consumiciones son  notablemente más asequibles que en otras partes de Europa (una cerveza a  presión 1’50 euros, botella 2’50 euros). Por último, preguntando sobre la situación actual de gays y lesbianas en  este país la respuesta es siempre la misma. Hay plena igualdad legal pero  preocupa un poco la situación social. Nada ha cambiado con la entrada de la  lista de Fortuny en el gobierno, partido que se deshace en medio de  disputas internas, sin embargo las declaraciones homofóbicas del imán de  Holanda, que luego rectificó, indican un cierto problema de convivencia con  la comunidad islámica. Por ejemplo en las escuelas, la presencia de alumnos  de origen islámico crea un retroceso para la visibilidad de los docentes  homosexuales y el trato en clase de temas sexuales. En cualquier caso la  ley holandesa castiga las discriminaciones por causa de orientación sexual  y las organizaciones reivindicativas de lesbianas y gays han recuperado la  misma estrategia que desplegaron con éxito durante los años sesenta contra  el fanatismo católico: promoción del asociativismo de los homosexuales  islámicos y diálogo con las comunidades inmigradas.

Lejos de todo racismo, Holanda sigue marcando la pauta por el derecho a la  diferencia y las libertades personales.