Consejos para empezar a conocer nuevas amistades
A pesar de que hoy en día en muchas ciudades puedes ser gay de forma abierta y conocer a otras personas afines en cualquier lugar (en una librería, en el trabajo, en una fiesta), es muy común encontrar chicos y hombres insatisfechos con su vida sentimental. Algunos han decidido estar solos, pero no todos. Muchos deseamos poder compartir nuestras vidas con un buen amigo, un novio o un marido. Otros, tras una ruptura, desean abrir nuevos horizontes y conocer gente nueva. Aquí te dejamos unos consejos para lanzarte a la jungla:
Gústate a ti mismo. Una de las grandes trabas para conocer chicos es la inseguridad en uno mismo, la baja autoestima. Ésta nos impide relacionarnos con naturalidad, y supone un gran obstáculo para entablar relaciones. Aprender a valorarte es el primer paso que tienes que dar para atraer a los demás.
No te quedes en casa. Moverse es crucial para conocer gente. Una jornada de senderismo, conciertos, eventos benéficos, voluntariado, clases de yoga, un grupo de teatro, asociaciones LGTB en tu localidad… Toma tú la iniciativa y si no, di sí a todos los planes que te propongan, aunque quien lo haga no sea tu ideal de compañero de aventuras. Nunca se sabe dónde ni en quién puedes encontrar a un amigo para toda la vida, o a tu alma gemela. Ábrete puertas y sé receptivo en todo.
Una mascota, un buen comienzo. Un perro no sólo te aportará compañía y amor incondicional, sino que cuando lo saques a pasear conocerás a los dueños de otros perros, con los que no te costará nada entablar una conversación. Eso sí, recuerda que tener un animal conlleva una responsabilidad.
Naturalidad, sé tú mismo. Cuando entables una conversación con alguien, hazlo siempre con naturalidad. Huye de los estereotipos, de intentar ser como crees que esperan los demás. A la gente le gustan las personas normales y sinceras; muéstrate como eres.
Inscríbete a un gimnasio. Conocerás a otras personas, y además la actividad física aportará estupendos beneficios a tu salud y a tu aspecto, con lo que ganarás autoestima y te resultará mucho más fácil entablar una relación. Cuando realizamos ejercicio, generamos endorfinas, las “hormonas de la felicidad”, que nos ayudarán a sentirnos mucho mejor. Además, por qué no decirlo, es un lugar ideal para ligar, ver cuerpos “serranos” y quien sabe si algo más también…
Una sonrisa abre mil puertas. En la calle, en el supermercado, a tus vecinos, al camarero… Una sonrisa es siempre de agradecer; es un signo de optimismo y alegría y quien la recibe, la agradece seguro. Además, un rostro feliz invita a acercarse más que una cara de pocos amigos. Sonríe a la vida; ella te lo devolverá.
Tu aspecto es fundamental. Ve a la peluquería, ponte esos pantalones que te quedan tan bien (sí, esos, los pitillo ajustados), alegra tu rostro con un poco de crema hidratante para gustar a los demás y a ti mismo.
Acepta todas las opiniones. Ten tu mente abierta y olvida todos los prejuicios que tengas (o que creas que los demás tienen sobre ti). Escuchar, mostrar interés y aceptar otras formas de ser te ayudará a conocer mejor a los chicos que te gustan y te enriquecerá como persona.
Internet, tu mejor aliado. Ten en consideración los portales o Apps de contactos. Muchísimas personas se relacionan gracias a la oportunidad que ofrecen estos lugares de contactos. Vale que no todos buscan una relación estable, pero eh… ¿Ya has olvidado los dos puntos anteriores? Siempre encontrarás alguien con tus mismas inquietudes.
Socializa a través de la cultura, no todo acaba en el bar o la discoteca. No sólo disfrutarás y profundizarás en temas que te interesen, sino que tendrás a tu disposición una excusa ideal para comenzar una charla y descubrir gente interesante.
No te mimetices y hazlo saber a los demás. Es bueno comentar tu situación a la gente de tu entorno (amigos, compañeros de trabajo, de clase…). Así serán consientes de tu situación y se acordarán de ti cuando conozcan a otro hombre gay soltero.
Se positivo y añade una pizca de pasión en tu vida. Procura no quejarte constantemente y comparte tus alegrías. Escucha a los demás con tanto interés al menos como lo haces explicando tus problemas. Si caes en la torpeza de contar penas con pelos y señales, la gente de tu entorno empezará a escabullirse, procura no ser un “Calimero” o patito feo.