Cuidados para la temporada de nieve

 Cuidados para la temporada de nieve
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Empieza la temporada de esquí en la que se aprovecha para practicar los clásicos deportes de invierno, afición de la que participan deportistas habituales como practicantes ocasionales, por consiguiente hay considerar los consejos para prevenir las lesiones típicas en deportes de nieve.

 

El esquí es un ejercicio potente en cual trabaja todo el cuerpo, y que además no solo dependes de tí mismo, pues las condiciones de la pista, el tiempo, y otras personas así como elementos presentes en la pista; por ello es imprescindible tener un cierto nivel físico para poder estar preparado ante estas situaciones y por consiguiente minimizar el riesgo de sufrir una lesión.

Ejercicios clásicos como zancadas y sentadillas de todo tipo son muy apropiados para estar en forma en este deporte. Además de ejercicios de fortalecimiento de caderas y, sobre todo, de rodillas.

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No esperes a tener una lesión por la cual deberás hacer recuperación para hacer entrenamiento de tipo propioceptivo. Si entrenas adecuadamente conseguirás preparar al cuerpo (músculos, articulaciones…) con lo cual afrontaras los desequilibrios o situaciones bruscas que son potencialmente factores de lesión, por ello es vital para afrontar la temporada de esquí, y con más razón si durante el resto del año no has hecho ejercicio de forma regular.

El entrenamiento del core ayudará, al igual que en otras disciplinas deportivas, a una mejor respuesta, postura y resistencia al esfuerzo, por lo que no olvides ejercicios como plank y sus variaciones para prepararse antes de pensar en ponerse el equipo de esquí.

Potenciar los músculos de los brazos que te permitirán la mejor ejecución de los movimientos y que también es una ayuda a la hora de frenar caídas, dado que unos brazos fuertes son menos propensos a lesiones comunes en el esquí como fractura de clavícula o de muñeca al sufrir una caída brusca.

Debes entrenar tu capacidad aeróbica lo que te preparará para estar todo el día descendiendo por las pistas; para volver a subir cargando con el equipo para descender de nuevo.

Vamos ahora a comentar unas recomendaciones para evitar lesiones esquiando una vez que ya estemos rumbo a la montaña. Como siempre, una combinación de preparación antes del ejercicio, sentido común y evitar riesgos innecesarios será la mejor forma para evitar lesiones o, al menos, en caso de que se produzcan, que sean de menor consideración.

Imprescindible llevar un equipo apropiado y adaptado a la talla del esquiador. Lo ideal es que ya lo hayas probado antes, no que lo utilices por primera vez en pistas; aunque claro, si eres novato y lo has alquilado esto es más difícil de cumplir. Estar cómodo con el equipo, conocer cómo te limita en cuanto a movilidad, lo que pesa o las sensaciones que tienes es importante para estar preparado para afrontar la situación en la montaña.

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Dentro del material se merece una mención especial ten en cuenta que un casco salva vidas. Reduce el impacto directo en caso de caída o golpe y es tu mejor aliado en caso de que pierdas el control y no te quede más remedio que llevarte un golpe en la cabeza. No lo subestimes, cuídalo y úsalo siempre.

Recuerda bien lo que aprendiste del monitor de esquí, sus valiosas enseñanzas y procura no desviarte si ya tienes un cierto nivel. Los giros bruscos de rodilla pueden favorecer caídas o lesiones, por no hablar de fallos en la técnica de girar o frenar. Mejor vuelve a practicar todo esto en pistas para principiantes si llevas tiempo sin esquiar, aunque ya no seas un novato.

Comienza de forma suave para calentar, practica a baja intensidad, tanto para recordar la técnica como para prepararte para el esfuerzo. Así evitarás tirones, molestias y también darás oportunidad al cuerpo para que esté listo para hacer un ejercicio intenso durante varias horas.

No te fuerces para ir más allá de los límites, probando pistas de un nivel muy superior a tu capacidad como esquiador, o arriesgarte a probar técnicas o movimientos más allá de tu conocimiento no tiene mucho sentido. Los mejores resultados se producen poco a poco, por lo que la práctica y el control son elementos fundamentales para mejorar.

El esquí y otros deportes de invierno entrelazan variables que implican un mayor riesgo de lesión; la habilidad de quien lo practica, condiciones de la pista, meteorología, asumir riesgos… Son muchos los factores que se combinan y pueden dar a lugar a situaciones imprevisibles.

Por ello, si eres aficionado a practicarlo, o te atreves a probarlo por primera vez, es necesario reducir riesgos al menos en aquellas situaciones que son más controlables, como es el material o la condición física de la persona, así de como los riesgos que tome.

En definitiva, por eso proponemos unas medidas relativamente sencillas que debemos recordar y tener en cuenta para mejorar el rendimiento y reducir el riesgo de lesión al esquiar.

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