El arte del sexo oral – 2ª Parte
«en materia de sexo oral, hay experiencias que a ninguna persona le deben faltar. Repasa a continuación las partes de nuestro cuerpo y determina lo que has disfrutado entre las sabanas y lo que te has estado perdiendo…. hasta el dia de hoy»
En realidad, el trabajo principal en todo este articulo es el trabajo con la punta de la lengua, se debe de tener el cuidado de usar muy sutilmente solo la punta, vamos a empezar a trabajar empezando desde arriba:
Cara:
La frente es lo primero que se va a trabajar, horizontalmente se pasa la lengua. El segundo paso es la nariz, suavemente se va a pasar la lengua alrededor de la nariz. Seguidamente los pómulos se van a trabajar de arriba hacia abajo y haciendo círculos en los mismos. Los ojos, cerrados por supuesto también se van a chupar suavemente La barbilla es muy sensual, se va a meter la barbilla a la boca y con la lengua le va a chupar la parte inferior de la barbilla sin sacarla de la boca.
Boca:
La boca es una de las partes más eróticas que poseemos aparte de su indiscutible belleza y atractivo, la boca de los humanos encierra una tremenda capacidad para dar y recibir placer, así como un alto grado de simbolismo sexual. Es un hermoso ejemplo perfecto de la mímica genital: asocian la lengua con el pene. También se ha descubierto que las áreas cerebrales del placer oral están próximas a las del genital.
Nariz y ojos:
Dos joyas cristalinas que emergen con fuerza de su estuche de piel. Así define al órgano de la visión- el más importante de los sentidos humanos. Bajo la influencia de fuertes emociones, los ojos comienzan a brillar, se mueven de manera sensual y las pupilas se dilatan de un modo extraño, invitando inconscientemente a la pareja a la intimidad. En lo que respecta a la nariz, algunos etólogos han sugerido que el aspecto fálico del apéndice nasal masculino, así como la figura escrotal de la barbilla y la textura ensortijada del vello facial, no son accidentales, sino que obedecen a la selección que realizaron las mujeres primitivas, al preferir para la procreación a los varones con rostros de aspecto púbico.
Orejas:
En algunos manuales amorosos indios puede leerse que la oreja y su lóbulo son como cuerdas que pueden hacerse vibrar mediante los dedos o la punta de la lengua. Nuestras orejas están profundamente irrigadas por una red vascular, hasta el punto de que es en los pabellones auditivos donde se manifiestan las primeras reacciones fisiológicas al frío y el calor excesivos. Al rozar la oreja, el lóbulo se vuelve túrgido, enrojece y se congestiona. Se asegura que esta lámina de cartílago con una oquedad central es una invitación descarada al sexo. La parte de las orejas también es muy gustado por las personas, tanto alrededor de la oreja como dentro de las mismas haciendo un movimiento de afuera hacia adentro, definitivamente es una de las partes favoritas y más eróticas que poseemos, es una de las partes más románticas que poseemos.
Nuca:
Tanto los hombres como las mujeres se derriten de placer si se les rasca con dulzura el músculo ubicado en el centro de la nuca, un punto del que parten los estímulos más placenteros hacia el cerebro. Psicológicamente, la nuca transmite una sensación de confianza a quien recibe la caricia, y de ternura y posesión al que la lleva a cabo.