El mundo (ya no) muerde

 El mundo (ya no) muerde
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Va el ministro Fernández Díaz y dice que los matrimonios homosexuales no “garantizan la pervivencia de la especie” pero resulta que la sociobiología hace más de una década que argumentó que los homosexuales (de las diferentes especies animales) somos muy importantes para la naturaleza porque, como padres de reserva, garantizamos la supervivencia de la siguiente generación de crías. y resulta, también, que el señor ministro es miembro de la “sacra y militar orden constantiniana de san jorge” así que yo, como maricón que soy, me pregunto a quién hago caso ¿a las conclusiones empíricas de la ciencia o al criterio de un señor que juega a los templarios en sus ratos libres? pues eso… ains, ¡los homófobos ya no son lo que eran! charlemos un rato sobre ellos.

 

Y no me digas que el criterio de un ministro es válido porque todos somos conscientes de que, lamentablemente, en este país, ser ministro, no es garantía de solvencia intelectual. La cuestión es que, este mes, he pensado que sería bueno analizar la situación de la homofobia en nuestro país. No para realizar un estudio sociológico (que no es lo mío) sino una descripción de los rasgos y tipologías de homófobos que nos podemos encontrar en nuestra vida cotidiana. Para que sepamos reconocerlos, anticipárnosles y sacarles ventaja (guay, ¿que no?).

 

¿VIVIMOS EN UN CONTEXTO HOMÓFOBO?

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No. En absoluto. Y, quien diga lo contrario, o miente o está desinformado. Así de claro. Lo digo convencido porque así me lo hacen estar los datos contrastados. La ley del matrimonio igualitario se aprobó en 2005. Dos años más tarde, en julio de 2007, la Fundación BBVA publicó un informe titulado “Retrato social de los españoles” donde se recogía que el 60% de nuestros conciudadanos aceptaba el matrimonio entre personas del mismo sexo. También se recogía que este apoyo era mayoritario entre los jóvenes de entre 15 y 34 años (75%) así como entre las personas con estudios superiores (71%), las no adscritas a una religión (75,5%), y las que se identifican con la izquierda y el centro-izquierda (71,9%). Sin embargo, sólo un 44% se posicionaba a favor de la adopción por parejas homosexuales, frente a un 42% que se oponía.

No obstante, cuatro años más tarde, en 2011, una encuesta de la que se hace eco el periódico “El País” (Riveiro, A. “La mayoría de los españoles aprueba el matrimonio y la adopción homosexual”) revela como progresa (a un 56%) el porcentaje de los ciudadanos que se muestra a favor de que los homosexuales podamos adoptar hijos.

Finalmente, ya en 2012, el Tribunal Constitucional, en la sentencia que rechaza el recurso de inconstitucionalidad que presentó el PP contra la ley del matrimonio igualitario y basándose en informes del CIS (páginas 44 y 45 del redactado), afirma que “…por otra parte, este Tribunal no puede permanecer ajeno a la realidad social y hoy existen datos cuantitativos contenidos en estadísticas oficiales, que confirman que en España existe una amplia aceptación social del matrimonio entre parejas del mismo sexo”.

Hace poco, la liga de fútbol holandesa inició una campaña animando a los futbolistas homosexuales a dejar de estar armarizados y Microsoft acaba de lanzar un spot publicitario en el que incluye una boda entre dos mujeres. Así que me reafirmo: no vivimos en un contexto homófobo. Y, quien diga lo contrario, como poco, está desinformado.

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SAL DEL ARMARIO, ES BUENO PARA TU SALUD

Dedico más de cuatro (y más de cinco) consultas semanales a ayudar a hombres gais a superar el terror que les provoca tan solo pensar en afirmar públicamente que son homosexuales. Si yo les animase a salir del armario creyendo que vivimos en un contexto homófobo ¡menuda mala leche tendría yo! Y no, no la tengo. Al contrario, soy un buen muchacho que se preocupa por la salud psicológica de mis pacientes 😛

Recientemente se publicó un estudio que demostraba que estar desarmarizado era genial para la salud de cualquier gay (Juster, R. P., Smith, N. G., Ouellet, E., Sindi, S. & Lupien, S. J. (2013), “Sexual Orientation and Disclosure in Relation to Psychiatric Symptoms, Diurnal Cortisol, and Allostatic Load”, Psychosomatic Medicine 75 (2), 103-116) y que los gais que vivíamos nuestra orientación sexual abierta y desacomplejadamente no sólo teníamos mejores niveles de salud que los gais armarizados, sino incluso mejores que los heterosexuales ¡que nunca han estado en ningún armario! Y eso se debe a que, llegar a vivir tu homosexualidad de un modo claro, abierto, sin miedos y con toda la naturalidad del mundo, hace necesario un proceso de autoconocimiento y de autoaceptación que, finalmente, acaba mejorando tu autoestima hasta niveles que, incluso, benefician tu estado general de salud física: ¡todo son ventajas! Especialmente si, como los participantes del estudio, vives en un país respetuoso con la homosexualidad como lo es el nuestro. Así que, en pro de tu salud, te animaré siempre, siempre, siempre a que salgas del armario y te dejes de miedos a un supuesto contexto homófobo.

 

PERO, ENTONCES: ¿ES QUE NO HAY AGRESIONES?

A ver, sería maravilloso poder vivir como en los pueblos de hace treinta años: con la puerta abierta para que los vecinos pudiesen entrar cuando quisiesen. Eso sí, intenta hacerlo ahora y ya me dirás cuánto tiempo te dura el televisor en su sitio. ¿Significa eso que vivimos en un caos de delincuencia y saqueos? No, significa que hay algunas personas que roban pero que no podemos decir que todo el mundo sea un chorizo. De hecho, la mayoría de vecinos incluso te avisarán de que te has dejado la puerta abierta pero, con uno solo que sea ratero, ya habrás perdido el plasma. Pues algo muy parecido pasa con la homofobia. De la misma forma que son necesarias las leyes contra los robos, son necesarias las leyes contra la homofobia (y ahí están trabajando los colectivos LGTB) pero eso no significa que nuestra sociedad sea fundamentalmente homófoba. La homofobia, finalmente, es algo que –en líneas generales- ha desaparecido pero aún quedan determinados perfiles de individuos que siguen siendo muy homófobos así que, una vez contextualizados, vamos a hablar de ellos.

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OTRO PALABRO DE LOS MÍOS: “TODÓFOBOS”

Un todófobo es: ¡Mauricio Colmenero! (el personaje de la serie “Aída”). No es que sea homófobo, es que –además- es machista, racista, clasista, xenófobo… le tiene fobia a todo aquello que no encaje con unos estereotipos muy rígidos acerca de quiénes son las “personas de bien”. Eso es un todófobo: un personajillo que le tiene fobia a cualquiera que forme parte de una minoría social o, dicho de otro modo, a todo aquello que se diferencie de un estereotipo rígido sobre las “formas correctas de ser y estar”. Seguro que, en tu entorno, puedes reconocer a alguno de ellos así que quizá, puedas indagar sobre por qué lo son (te doy algunas pistas a continuación). ¿Has visto el bailecito que se montan los jugadores de la selección de rugby de Nueva Zelanda antes de un partido? (¿no? pues deberías: están buenísimos, ¡qué brazos, qué piernas!). Se trata de una danza tradicional maorí que se ejecutaba antes de las batallas y que se compone de posturas amenazantes, gritos, rugidos, manotazos en el propio cuerpo… es decir: una auténtica demostración de poderío físico como las que hacen los gorilas o los chimpancés antes de pelearse. ¿Por qué hacen esto los maoríes (y los gorilas)? Porque la mejor victoria es la que se consigue en una batalla que no se libra. Si amedrentas a tu enemigo hasta el punto de que huya – acojonado- antes de la confrontación, habrás ganado sin gasto de energía y sin despeinarte (que la gomina está mú cara).

Esto de tratar de amedrentar a los demás es algo que los humanos hacemos a diario. En el caso de la danza de los maoríes, la conexión evolutiva con el resto de primates es muy evidente pero existen muchas otras muestras de este tipo de comportamientos y la conducta de los todófobos es una de las más evidentes. ¿Qué hace un todófobo? Intenta imponerse sobre los miembros del grupo que le rodea ¿Cómo lo hace? Amedrentándolos. ¿Cómo los amedrenta? ¡Buscando sus vulnerabilidades y alardeando de que las conoce! Eha, ya tienes una explicación de por qué el fulano ése de tu oficina hace comentarios homófobos “como quien no quiere la cosa”.

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En efecto: si tú vives tu homosexualidad ocultándola, tratando de no hablar de tu vida personal y esquivando cualquier muestra de tu orientación sexual, el todófobo olisqueará tu incomodo ante el hecho de que se sepa que eres gay. Así que usará ese incomodo tuyo para generarte presión y amedrentarte. Si él viera que no te avergüenzas de ser gay y que vives tu homosexualidad con la misma naturalidad que vives tu color de pelo, él no percibiría vulnerabilidad en ello y, por tanto, no le serviría para atemorizarte. Así que no soltaría comentarios homófobos. A lo mejor te insulta por hechos como que no tengas estudios, pero no por el de ser maricón. Como me decía un paciente: “también se podía meter con mi calva y no lo hace… ¡porque soy el primero que hace bromas sobre ella!”.

Por tanto, una de las maneras de librarte de un todófobo es no ocultar tu homosexualidad. El problema es que tú estás convencido de que si te muestras gay, él te insultará cuando la realidad es justo la contraria: el todófobo te agrede porque, en tu ocultamiento, él percibe vulnerabilidad. Así que ¡homosexualidad asertiva como arma!: vive tu homosexualidad con toda la naturalidad del mundo ¡porque será tu mejor estrategia para no ser atacado!

Finalmente, quiero señalar que muchos de nosotros hacemos uso de una palabra como “maricón” para de autorreferirnos. En muchos casos, este uso, tiene un componente de complicidad entre los miembros de un mismo grupo que ha sido discriminado (como cuando los negros de USA se llaman “nigger” entre ellos) pero, por otro lado, es una marca de resiliencia. Si yo mismo, como hombre homosexual, uso un término que, tradicionalmente, se ha empleado como insulto contra nosotros, estoy despojando a ese término de cualquier poder de agresión sobre mí. No estoy cargando con su parte negativa, estoy poniendo de relieve que, para mí, ser maricón es algo que se aleja mucho, mucho, mucho de ser algo de lo que deba avergonzarme y que jamás lo percibiría como un insulto. Decir “soy maricón”, como un taxi con la luz verde mostrando que está libre, señala que no me avergüenzo de lo que soy.

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HOMOSEXUALIDAD ASERTIVA

Salir del armario es la expresión pública y expresa de tu homosexualidad y es algo gracias a lo cual consigues acomodar tus espacios personales a tu realidad de hombre gay. Los espacios personales son los diferentes contextos en los que te desenvuelves (tus círculos íntimos, privados, sociales y públicos) y, en estos espacios, para que puedas sentirte integrado necesitas poder hablar de tu vida personal con naturalidad. Cuando llegamos el lunes por la mañana al trabajo, es habitual que mantengamos charlas informales en las que compartimos con los demás lo que hemos hecho durante el fin de semana. La psicología social demostró hace mucho tiempo que estas charlas informales en contextos donde (a priori) se acude a realizar trabajos que nada tienen que ver con lo personal, ayudan a fomentar la cohesión de grupo. Sentirte cómodo con tus compañeros de trabajo favorece la interrelación entre vosotros y potencia el desempeño. Que estés fuera del armario potenciará tu sensación de pertenencia al grupo y esto tiene grandes repercusiones positivas en el clima laboral que percibirás en tu puesto de trabajo. Más adelante hablaré de lo que sucede en otros países donde la homosexualidad está castigada y donde no se respetan ninguno de los derechos humanos que nosotros, los occidentales, consideramos elementales pero, en nuestro contexto social, que un hombre gay pueda comentar “pues, este domingo, estuve con mi novio en una casa rural” es algo que no genera rechazo y que, al hacerlo, te permite interactuar de una manera mucho más empática con las personas que allí se encuentran.

Cuando hablo de “homosexualidad asertiva” me refiero a esa actitud tuya donde hablas de tu vida personal con la misma naturalidad no impostada con que lo harías si fueses heterosexual. Es una actitud beneficiosa para ti en todos los sentidos y, sinceramente, te animo a que la pongas en práctica y a que desconfirmes tus temores a ser rechazado (puedes, al respecto de temores y expectativas de rechazo, releerte mi artículo “Te romperé los esquemas” en la revista no 101, febrero de 2013).

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DERECHOS HUMANOS

Naturalmente no soy un inconsciente y sé muy bien que queda mucho trabajo por hacer, que existen países en el mundo donde la homosexualidad está perseguida y castigada con la cárcel, ¡incluso con la muerte en siete de ellos! Pero también es cierto que, en muchos de esos países, también está castigado con la muerte que una mujer mantenga relaciones sexuales sin estar casada y no me imagino a ninguna mujer de nuestro país temerosa de ser madre soltera por si acaso la lapidan. Ya que tenemos la suerte de vivir en un lugar donde el esfuerzo de los activistas por los derechos humanos ha dado buenos resultados, vamos a vivir disfrutando del resultado de esos esfuerzos y vigilantes para que no haya retrocesos. Vivamos todo lo relajados que nuestra salud mental se merece. Incluso en lugares donde, supuestamente, la homofobia es mayor (como pueblos pequeños), la vida de las personas homosexuales es mucho más tranquila de lo que los temores de muchos podrían hacer pensar. En nuestro contexto los obstáculos están más en tu interior que en tu contexto. Y si haces el esfuerzo de entrenar tu asertividad

y vives tu homosexualidad con naturalidad, te darás cuenta de lo mucho que ganas.

El hecho de que nosotros participemos de una sociedad respetuosa y que, mediante nuestra visibilidad, ayudemos a visibilizar ese respeto mayoritario a los Derechos Humanos es, precisamente, uno de los argumentos más poderosos para que estos mismos derechos se implementen y respeten en otros lugares. Una directiva europea de 2009, presentada por la eurodiputada Kathalijne Buitenweg (ver “para saber más” al final del artículo), hacía mención a que el éxito de las políticas contra la discriminación de algunos estados miembros, debían exportarse el resto de países europeos. Eso sin mencionar que, cuanto más visibles seamos, con cuanta más naturalidad vivamos nuestra homosexualidad, menos argumentos falaces les quedarán a los homófobos residuales.

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VOLVIENDO A LOS HOMÓFOBOS (RESIDUALES)

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Los homófobos que quedan, son restos de una sociedad que ya ha desaparecido. No hace mucho, en los USA se publicó un artículo sobre las 20 cosas que sucederían en el siglo XXI y, entre éstas, además del enviar una tripulación a Marte, se daba por asegurada la expansión internacional del matrimonio homosexual y la supresión de la discriminación contra las personas homosexuales (porque, no lo olvides, no estamos consiguiendo derechos, estamos eliminando discriminaciones, que es muy distinto). En este mundo que estamos construyendo, vivir la homosexualidad de forma natural, es parte del escenario. Y, para que otros puedan hacerlo más tarde, es bueno que lo hagamos nosotros, que podemos ya. Para ello, no obstante, es mejor si conoces cómo son y por qué actúan así los homófobos residuales que puedas encontrarte ya que, además de los todófobos que buscan las vulnerabilidades de los que les rodean para amedrentarles, tienes a otros curiosos personajes sobre los que te proporciono algunos apuntes.

1. Existen personas inseguras o frustradas que, en un intento de compensar su autoestima, buscan otros colectivos a los que discriminar. Si te perciben seguro de ti mismo y emocionalmente equilibrado, seguramente ni se atreverán contigo. Ellos, no lo olvides, buscan víctimas fáciles. Y tú no lo eres ¿verdad que no?

2. En el grupo anterior, se incluyen algunas mujeres que, en lugar de argumentos, sólo tienen un buen par de tetas. Están acostumbradas a que los tíos les caigan rendidos a los pies y, como saben que eso no funciona con nosotros, se sienten inseguras y –a veces- se ponen agresivas. La mayoría de las mujeres son muy gayfriendly y suelen tener un trato adorable hacia nosotros, sin embargo, ten cuidado con alguna que otra “choni neumática” por lo que pueda pasar. (criaturitas…).

3. Otro grupo que, lamentablemente, suele ser muy homófobo es el de los homosexuales que niegan su propia homosexualidad. Hay muchos casos que sirven de ejemplo: los que son noticia porque, llevando una vida aparentemente heterosexual y habiendo hecho campaña contra el matrimonio gay, los pillan saliendo de una sauna. O aquellos que hacen campaña para “curarse la homosexualidad” y luego los cazan con un perfil en Grindr. A veces, nuestros peores enemigos están en casa. Los homosexuales con homofobia interiorizada o los que se encuentran en los momentos iniciales de asumir su homosexualidad, pueden no ser capaces de gestionar bien el conflicto que ello les supone y expulsar esa rabia agrediendo a otros homosexuales. Incluso, todos somos conocedores de casos así, están los que pretenden negar su homosexualidad y, para que “nadie sospeche” adoptan una actitud claramente homófoba. Casi todos, además, provienen de entornos muy conservadores donde se comparte una cosmovisión homófoba.

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COSMOVISIONES HOMÓFOBAS

Justo revisando el segundo borrador de este artículo, salta la noticia de que hay nuevo papa… y que es un papa homófobo. La noticia, de entrada, sería que un papa católico romano no fuese homófobo (no sé qué esperábamos, la verdad) aunque a mí me parece especialmente remarcable que las agencias de noticias destaquen como defecto de Francisco I el hecho de que sea contrario al matrimonio igualitario. Esto sí me parece interesante, porque significa que los medios adoptan una visión

crítica sobre el asunto y consideran recriminable que el papa tenga una actitud homófoba. Sinceramente, hace treinta años no se nos hubiese pasado por la cabeza ni, tan siquiera, extrañarnos de ello y ahora, sin embargo, se señala su homofobia como un escollo en su pontificado. Bueno, a mi entender es un avance que concuerda con los datos sociológicos con los que comencé este artículo. Por otro lado, el papa de Roma y la jerarquía católica (no los cristianos, que al final no tienen nada que ver los unos con los otros) lo que sostienen es una “cosmovisión homófoba” que deberías tener presente para poder entender (y pasar de) estos planteamientos curiales.

Cosmovisión es “una manera de ver e interpretar el mundo”. Todos los seres humanos tenemos una y la tenemos porque la necesitamos para enmarcar nuestra experiencia y responder las grandes preguntas de la vida. La religión suele ser una de esas cosmovisiones y, como cualquier antropólogo te dirá, si analizas la situación económica de un pueblo (su capacidad para producir y mantener bienes para sus miembros), podrás entender su religión. En el caso del Israel que debe huir de Egipto guiado por Moisés (según el libro del Éxodo), la veracidad de esta aseveración es más que palpable. Se trataba de un pueblo migrante, que quería retornar al lugar del que habían salido sus antepasados pero a quienes, los habitantes actuales de aquellas tierras, veían como “invasores escapados de Egipto”. Así, Israel se convirtió en un pueblo de guerreros que se tuvo que dedicar a batallar contra sus vecinos durante siglos.

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¿Qué necesita un pueblo de guerreros? Obviamente: soldados. ¿De dónde salen los soldados? De los úteros de sus madres. ¿Y cómo llegan hasta allí? Gracias al coito heterosexual con eyaculación dentro de la vagina. Y no hay mucho más. Así que un pueblo que está en permanente guerra para conquistar las tierras de sus antepasados, lo que necesita es evitar la masturbación, la eyaculación fuera de la vagina (la anticoncepción, vaya), las felaciones y el coito anal (tanto heterosexual como homosexual). Bueno… ¿a alguien le suena de algo esta lista de prácticas? Pues sí, en efecto, es la lista de prácticas sexuales que la iglesia considera “inadecuadas”.

La iglesia católica sostiene una visión restrictiva sobre la sexualidad humana que proviene de la Edad de Hierro ¿y pretende que nosotros la compartamos? ¡Venga ya! Es imposible que el dogma católico entienda la homosexualidad como tampoco entiende la liberación de la mujer, ni la teoría del big bang ni la de la evolución de las especies. La iglesia católica no es un referente para casi nadie en nuestro continente y la prueba está en las iglesias vacías cada domingo, en el descenso de matrimonios religiosos, de ordenaciones y de bautizos… y en que se hayan tenido que ir a Latinoamérica en busca de otro papa después de que Ratzinger colgara la tiara.

Del dogma católico nunca esperes comprensión porque jamás comprenderá la homosexualidad. Al dogma católico, lo que se debe hacer es exigírsele respeto. Respeto por tus derechos tal como son recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en los Derechos Sexuales y en los Principios de Yogyakarta (ver “Para saber más”). Y no le des más vueltas.

 

DISFRÚTALO

Toc-toc… despierta. La tormenta ha pasado y puedes sacar la cabeza de debajo de la losa. Estamos construyendo un mundo distinto, respetuoso de verdad con la diversidad sexual. Permíteles a todos conocerte. Que sepan que eres un hombre encantador. Con tus neuras y tus manías. Pero muy amigo de sus amigos. De ésos que nunca olvidan un cumpleaños y que siempre mandan postales cuando se van de viaje. De ésos con los que siempre puedes contar cuando hay un problema. De ésos con los que siempre quieres contar cuando hay una alegría que celebrar. La gente no es tonta, no lo seas tú. La gente ya no cree que alguien sea malo por cómo ama. No te pierdas la vida que puedes tener llevando el corazón al aire y la frente tan alta como tu madre decía que debías llevar (“Niño: ¡tú no te escondas!, que tú no le has hecho nada malo a nadie”). Hazle caso. Y quiérete mucho, maricón.

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P.D.: Este artículo está dedicado a Claudia, a Elena, a todas esas madres y padres que me escriben para contarme que están educando a sus hijos heterosexuales en el respeto a la diversidad o para pedirme consejo sobre cómo ayudar a que sus hijos homosexuales crezcan orgullosos de lo que son. El mundo será un lugar mejor gracias a personas como vosotras.

[divider]Para saber más[/divider]

• “Equaltreatmentofpersonsirrespectiveofreligionorbelief,disability, age or sexual orientation” Resolución legislativa del Parlamento Europeo del 2 de Abril de 2009 para implementar el principio de igualdad de trato entre personas al margen de su religión, creencias, discapacidad, edad u orientación sexual (COM(2008)0426 – C6-0291/2008 – 2008/0140(CNS)).

• CartaUniversaldelosDerechosHumanos. • DeclaraciónUniversaldelosDerechosSexuales.DeclaracióndelXIII Congreso Mundial de Sexología, 1997 Valencia (España). Revisada y aprobada por la Asamblea General de la Asociación Mundial de Sexología (WAS) el 26 de agosto de 1.999, en el XIV Congreso Mundial de Sexología (Hong Kong). • PrincipiosdeYogyakartasobrelaaplicacióndelDerechoInternacional de Derechos Humanos a las cuestiones de orientación sexual e identidad de género. Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, 26 de marzo de 2007. • Cosmovisiones homófobas. El blog de Gabriel J. Martín. Post del 18 de enero de 2013.

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