Existe el amor a primera vista?

 Existe el amor a primera vista?

Bien, te has enamorado a primera vista de esa persona que ves cada cierto tiempo. ¿Cómo saber entonces si la cosa funcionaría o no?

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Al leer el título de este artículo, es probable que hayas pensado ya en una respuesta. “No” dirá categóricamente alguno. “Sí, por supuesto” dirá otro. Pero bueno, ¿jamás has visto a una persona e instantáneamente quieres estar con ella? (no me refiero a que ambos estén entre las sábanas, ¡eso nos pasa a todos a cada momento!). Si tu respuesta es sí, no estás solo, según una encuesta británica realizada hace poco.

 

La encuesta descubrió que el 20% de los hombres británicos han experimentado el amor a primera vista, comparado a un 13% de mujeres. ¿Entonces? ¿los hombres somos más propensos a enamorarnos más rápido?
Sin rodeos: sí. Podríamos decir entonces que la respuesta a si existe el amor a primera vista es depende de para quién. El amor a primera vista (entiéndase aquí “amor” como “enamoramiento”, no al amor como decisión) existe más para los hombres que para las mujeres.
“Los hombres son más visuales” dice Helen Fisher, profesora de la Rutgers University y autora de Why We Love. Esto significa que los hombres tendemos más a enamorarnos basándonos en el aspecto y en primeras impresiones, según Fisher. A una mujer le toma más el determinar si un hombre es capaz de criar hijos.

Estos, por supuesto, son procesos psicológicos no siempre conscientes.
Bien, te has enamorado a primera vista de esa persona que ves cada cierto tiempo. ¿Cómo saber entonces si la cosa funcionaría o no? he aquí tres indicadores:
Es divertida
Sí, esa persona esta buenisima, “te pone” como diriamos en lenguaje callejero,  pero la cosa no funcionará si ambos no se divierten juntos. Varios estudios demuestran una y otra vez que las parejas son más felices si disfrutan de actividades similares y se dan tiempo para practicarlas juntos. Si tiendes a enamorarte rápidamente, rodéate entonces de gente con intereses similares, de tal modo que disfrutarán haciendo cosas juntos. Apuntate a clases de idiomas, ve a a un gimnasio o centro deportivo…

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 A los dos les gusta la cerveza

Un estudio de la Universidad de Buffalo (EE.UU.) descubrió que hábitos distintos de bebida incrementaban la posibilidad de divorcio en la pareja, y no porque uno de los dos fuera un alcohólico recalcitrante. “Patrones similares de bebida reflejan patrones similares de socialización” dice el autor del estudio, Gregory Homish. Y es mucho mejor aún si ambos tienen los mismos gustos en cuanto a bares o discotecas y actividades del fin de semana. “Más similaridad sugiere más compatibilidad” añade.

 Fueron a la universidad

“Las parejas con educación superior tienden dos veces más a quedarse juntas en comparación a aquellas en las que ningún miembro ha recibido formación profesional” dice Bradford Wilcox, director del National Marriage Project en EE.UU. “Son financieramente más estables, lo cual es importante porque los problemas de dinero son una de la principales causas de separación”. Esto no significa que tengas que alarmarte porque el no tenga un título profesional. “Las parejas deberían reunirse semanalmente para revisar sus gastos y asegurarse que ambos tienen los mismos objetivos y el mismo ritmo” dice Wilcox. Y hagan inversiones/compras conjuntas. “Eso les ayuda a ver juntos un futuro financiero compartido”. Y estar con una persona educada hará además que vivas más.
Cuando te cruces con uno de esos señores de 70 años vestidos con traje de rayas y corbata estampadas (y tufando a Varón Dandy) ¡él piensa que así está atractivo y lo potencia!

Todos pretendemos mostrar un físico atrayente y no encuentro nada malo en algo que llevamos en nuestro ADN (los pavos reales y sus colas, los leones exhibiendo melena…). Otra cosa es que te obsesiones con que no cumples unos cánones estéticos que son bastante irreales. Aquí no estamos hablando de un problema severo como una anorexia u ortorexia, aquí estamos hablando de cosas mucho menos importantes. Todos tenemos nuestro atractivo y todos los gais tenemos nuestro público. Si quieres trabajarte el cuerpo en el gimnasio porque no te gustan los michelines, adelante. Si prefieres cuidar más tu estilo vistiendo porque te gusta verte con ropa bonita, adelante. Si quieres acudir a un profesional para que te asesore en temas de imagen, adelante. Fíjate que siempre he hecho referencia a gustarte tú a ti mismo y que tú seas el primero en mirarte al espejo y gustarte. Mi amigo Antonio Garrido1  siempre me dice: “lo importante es que la persona se vea bien a sí misma y –para eso- lo mejor es que el mensaje que transmite con su imagen sea el mensaje que quiere transmitir con su personalidad”. Creo que ahí está el quid de la cuestión: que tu imagen transmita quién eres tú realmente, no que te conviertas en una caricatura de Brad Pitt. Hay que ser uno mismo hasta en el corte de pelo.

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Y todo esto sin hablar de que en nuestra comunidad todos tenemos nuestro público. Hay gais a los que sólo les gustan los hombres de más de 120 kilos de peso. Hay a quien le gustan sólo los hombres de más de 60 años, a quien le gustan delgadísimos, a quien le gustan calvos o rapados. Y, los que más demanda tienen, son los hombres con sentido del humor.

III. En resumen.

Cortejar supone poner todo tu empeño en mostrarle a ese otro hombre lo orgulloso que puede sentirse de ti. Supone hacerle ver lo mucho que le excitas, lo mucho que disfruta del tiempo que pasa a tu lado. Cortejar supone hacerle ver que estás deseando conocerle mucho mejor.

A partir de aquí surge el noviazgo, donde dos hombres exploran sus características para evaluar si funcionarían juntos. En este sentido es bueno recordar que no existen estándares de hombre ideales, sino compatibilidades entre dos novios: lo que con unos funciona, con otros es un desastre. Recuerda que las personas no nos definimos por listados de características sino por dónde nos situamos entre dos puntos  y en esos puntos medios es donde debemos buscar nuestra compatibilidad. ¿Él es un urbanita al que le gusta salir al campo los fines de semana? ¿Le gusta el sexo muy cañero y a la vez es un romántico que baila boleros? Todos tenemos este tipo de paradojas porque nadie está en el extremo de nada. Entre dos polos opuestos, la mayoría de nosotros nos movemos en algún punto intermedio. ¿Su punto intermedio es similar al tuyo? ¿Son compatibles? En la vida nunca se trata de elegir entre mar y montaña, sino de decidir cuántas veces vamos al mar y cuántas a la montaña. No es que seamos contradictorios, es que -en el ser humano- no existen los extremos (bueno sí, pero son patológicos).

Conocerse supone dedicación. A menudo pensamos que perderemos el tiempo, ¡todo lo contrario!: Algunos estudios demuestran que son suficientes 15 minutos para que seamos capaces de evaluar si un hombre nos interesa. Conoce hombres, queda con ellos y repite con los que han captado tu interés, muéstrales el tuyo y no te conformes con una relación de cortejo desequilibrada. El amor es asertivo ¿tú lo eres? Pues muestra al mundo la clase de galán que llevas dentro y corteja al hombre de tus sueños (aunque haya varios hombres de tus sueños a lo largo de tu vida).

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El cortejo entre dos gais es precioso, es la seducción entre dos seductores que desean seducir y ser seducidos. Es algo realmente intenso y vibrante, emocionante. De fuegos artificiales. No te conformes con menos.

Supermán te pondría el mundo a tus pies. A veces no cortejamos a alguien porque algo muy en el fondo de nosotros mismos nos dice que no tenemos mundo alguno que poner a los pies de nadie, que nuestra vida tampoco es tan interesante. No te equivoques: no compares tu vida con la de ningún otro. Quizá el mundo que él quiera bajo sus pies sea una ventana al patio de luces bajo la que sentaros a beber tu té de especias o esos viajes de fábula que tú rebuscas en esas webs que casi ninguno conoce. O sentir que nadie en todo el planeta le hace reír como lo haces tú… ¿volar? ¿Quién quiere volar pudiendo vivir a tu lado?

1. Antonio sabe una enormidad sobre imagen ¡y counselling! Ha escrito un libro sobre anécdotas de peluquería que merece la pena leer, ¡nunca me había reído tanto como con la “ladrona de visones”!

Para saber más:

Clubes de solteros gais: www.singlesgay.es

Downs, A. (2005). “The Velvet Rage”. Perseus Books. Cambridge

Garrido, A. (2011). Anécdotas de peluqueros. Libros Cúpula. Barcelona.

Gottman, J. & Silver. N. (2000). Siete reglas de oro para vivir en pareja. Barcelona. Mondadori.

Fisher, H. (2004). Por qué amamos, naturaleza y química del amor romántico. Buenos Aires. Taurus.

Fisher, H. (2007). Anatomía del amor. Madrid. Anagrama.

Autor: Gabriel J.Martin, Psicologo

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