La cara, espejo del alma

 La cara, espejo del alma
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EXFOLIAR
Se trata de eliminar células muertas de la superficie de la piel(imaginad la visión de cargar, por toda la cara, con pequeños cadáveres). Empezaremos por humedecer el rostro y aplicar un producto exfoliante (el mercado está lleno de todas las marcas y precios), evitando el contorno de los ojos, parte extremadamente delicada. Acto seguido, masajearemos el producto a fondo, trazando lentamente círculos concéntricos con la yema de los dedos, insistiendo en nariz y barbilla, lugares donde suele haber más acumulación de grasas y puntos negros, pero sin llegar a irritar la piel. A continuación, limpiaremos el rostro con aguita clara. 

LIMPIA, LUSTRA Y DA ESPLENDOR
Las pieles grasas son las que más lo necesitan, al ser más propensas a acumular granos e impurezas.
Se puede realizar en casa; solo es necesario disponer de algo de tiempo. En primer lugar, conviene abrir los poros con baños de vapor o cubriendo el rostro con paños calientes. Seguidamente, lo más indicado será proceder a una exfoliación. Si continuamos aplicando alguna mascarilla, apropiada a nuestro tipo de piel y el efecto que queramos conseguir, los resultados serán sorprendentes.

PONTE LA MASCARA
Los dos tipos de mascarillas más conocidas son las hidratantes y las purificantes. Las hidratantes son muy recomendables para los rostros sensibles, que tienen facilidad para irritarse o sufren periodos de sequedad (atención a los aires acondicionados, los viajes en avión, las noches en blanco o esas maravillosas mañanas de resaca). Hay que extenderlas sobre el rostro limpio, en gruesa capa y evitando las zonas donde haya propensión a que aparezcan granos. Relajarse y dejar que actúe durante un buen rato, ayudándola a penetrar del todo presionando suavemente con un pañuelo de papel, será uno de los secretos del éxito de esta. La purificante es ideal para pieles grasas con propensión a puntos negros y otras hermosas porosidades. Aplicándola tras la exfoliante, solo será necesaria en las partes del cutis que resulte más rebelde, como suelen ser, una vez más, la barbilla, la nariz y las mandíbulas, Se retira, tras dejarla actuar el tiempo que indique su modo de empleo, con agua o una toalla húmeda. Es recomendable utilizarla entre una vez al mes a dos veces por semana, según la piel y sus necesidades.

PIEL HIDRATADA, PIEL SANA.
Pasados los treinta, los efectos del envejecimiento de la piel suelen resultar visibles, aunque esta ha empezado el proceso poco después de los 20. Es momento de cuidarse del sol, aunque si en los años pretéritos ya hemos abusado de el, se recomienda pedir auxilio a las cremas antiarrugas, mucho más poderosas que los simples bálsamos hidratantes. Son ideales para aplicar antes de dormir y que actúen durante toda la noche. Suelen ser muy untosas y, para que su aplicación no resulte demasiado pesada, se recomienda aplicarlas en la palma de la mano calentándola ligeramente antes de llevarla al rostro, donde la acompañaremos de un pequeño masaje. Suelen tener activos como el retinol, que mejora la renovación celular y otros nutrientes que combaten la carencia de producción de sebo, consecuencia de la edad, y que hace que se vaya resecando nuestra piel.
 

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