Las nuevas generaciones del «Yo»

 Las nuevas generaciones del «Yo»
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La “Generación Yo” está obsesionada con sitios como Instagram (principalmente), Youtube, Facebook (en menor medida) o los cansinos grupos de Whatsapps que permiten autopromocionarse muy por encima de lo que nunca permitieron los medios tradicionales, convirtiendo a los universitarios de hoy en más egocéntricos de lo que fueron sus generaciones anteriores, algo que se ve agravado por el uso de las nuevas tecnologías como el móvil, la mensajería instantánea e Internet. Asi han nacido las nuevas especies: Los influencers, youtubers e instagramers. Bichos sin otro objetivo en la vida que en poner su ego -su yo- en lo más alto de la cima y, de paso, algunos forrarse a costa de otros aspirantes a ego «ismos» ¡El patetismo al poder ha llegado!

El materialismo en esta generación de nacidos después de 1992 (malditas olimpiadas), ha hecho que su escala de valoración personal no pase por un simple estatus económico (pobres-ricos) sin, por quien posee mayor cantidad de artefactos tecnológicos de última generación  así como en cuantas redes sociales estás inscrito y evidentemente con cuantos likes cuentas, aparte de los followers que ostenta tu perfil. Ya pasó la época de quien ostentaba de moto, coche o bicicleta, eso no es “cool”.

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Un estudio de la Universidad de San Diego en los Estados Unidos empleó un índice llamado Inventario de la Personalidad Narcisista para medir las reacciones de los participantes ante frases como estas: “El mundo sería un lugar mejor si yo lo gobernase”, “creo que soy una persona especial” o “me gusta ser el centro de atención” son algunas de las perlas que más repitieron los jóvenes en la encuesta. La conclusión es clara: casi el 66% de los jóvenes hoy son más narcisistas que los de generaciones anteriores. Para los investigadores esto es peligroso, ya que se traduce en, entre otras cosas, un menor interés en formar relaciones íntimas, en ayudar a los demás o más agresividad cuando los sujetos se ven agredidos o insultados o simplemente despreciados en sus «redes».

La dificultad para relacionarse y el narcisismo de esta generación se puede comprobar en cualquiera de sus perfiles de usuario en las páginas de contactos con frases como “Sin foto de cara no contesto”, “Mi vida es muy complicada, si quieres saber algo de mi, pregunta”, “No busco amistad, solo sexo”. Te suenan, ¿verdad? Porque seguramente tu mismo has las escrito o leído.

Uno de los factores que caracteriza esta “Generación Yo”, es que son más mimados y consentidos y no están acostumbrados a compartir ya que muchos de ellos no tienen hermanos. Los padres no se quedan cortos en la creación de esta generación (ellos fueron la versión beta), alimentan su autoestima con frases como “puedes ser lo que tú quieras hijo” o “cree en ti mismo”. La combinación de una educación ultrapermisiva y el fomento de la autoestima ha provocado una confianza tan exagerada en sí mismos que se traduce en una actitud desafiante y retadora ante cualquiera que se le plante delante y lo vea como un competidor.

Lo peor de esta generación es la actitud que mantienen sobre su futuro. Solo viven el día a día, el aquí y ahora. No les preocupa su estabilidad laboral, ni mucho menos, buscan un trabajo para toda la vida. Conceptos como la lealtad a la empresa no están entre los más valorados. Para ellos, el factor más importante para alcanzar la felicidad es mantener buenas relaciones con los amigos en primera instancia, la pareja que es considerada en muchos casos como un amigo íntimo con derecho a sexo (casi ninguno sabe que significa tener una pareja) y finalmente, la familia que no deja de ser una fuente de recursos (ingresos).

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No todo es negativo, su ansiedad por comunicarse, tener un móvil en la mano todo el día para poder enviar whatsapps contando cualquier banalidad a sus amigos, conexión Internet permanente en su móvil para realizar cualquier consulta al momento o subir la foto de postureo de turno a la espera de los likes correspondientes, es algo que actúa bajo su subconsciente de tal forma que es normal para ellos, como podría ser normal salir a la calle con paraguas en un día de lluvia para otra persona.

Como poseen muchas más horas de tiempo libre y ocio (tampoco tienen un interés especial en conseguir un trabajo fijo), su lado creativo se ha desarrollado por encima de la media que en otras generaciones aunque actúen de forma incomprensible para muchos.

La globalización también les ha afectado en su forma de ser. Seguidores de la moda y las últimas tendencias conocen todo lo último al momento. Han viajado mucho más que sus generaciones anteriores y han vivido experiencias que antes un chico tenía que doblarles en edad para obtenerlas.

En cuanto al sexo, también han cambiado las costumbres. Mantener relaciones sexuales es considerado como una actividad fisiológica más que otra cosa. De hecho, hay quienes piensan que practicar sexo continuo durante horas es comparable a mantener una sesión frenética de Playstation 3 durante horas, les produce el mismo estímulo. Para otros, el sexo es algo que esta ahí, ¿para qué perder el tiempo en eso, cuando me lo puedo pasar de puta madre con mis colegas whatsapeando o instagrameando? La optención de likes o views en sus vídeos produce el mismo placer, el ego es el ego.

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