Parece que la homosexualidad está de moda
La iglesia y su máximo representante continúan arremetiendo contra la homosexualidad
El papa Francisco manifestó recién llegado al pontificado romano, que comprendía a los homosexuales. “¿Quién soy yo para juzgarlos?”, se preguntó retóricamente. Pero la posición oficial de su iglesia sobre el tema no ha cambiado. El rechazo sigue en pie.
Se muestra «preocupado» por el número de sacerdotes y religiosos homosexuales. También sostiene que su Iglesia podría verse invadida por la «moda» de la homosexualidad. Por ello para evitar la entrada de homosexuales en la vida consagrada, Francisco pide a los responsables de los seminarios y noviciados que mantengan «los ojos abiertos» y «detecten candidatos» que podrían desarrollar «más tarde esas tendencias«.
Según el Vaticano, el problema surge con los que ya lo son. “A los curas, religiosos y religiosas homosexuales, hay que exhortarlos a vivir íntegramente el celibato y, sobre todo, que sean exquisitamente responsables, procurando no escandalizar nunca ni a sus comunidades ni al santo pueblo fiel de Dios viviendo una doble vida. Es mejor que dejen el ministerio o su vida consagrada antes que vivir una doble vida”
Pero siguen negando la mayor, “el mal,” “su mal” está enquistado en lo más profundo de su interior, y con un sencillo acto de contrición, (SALIENDO DEL ARMARIO) aceptando que una parte de los integrantes del clero son homosexuales, tal vez, quizás… esta conducta que a provocado daños irreparables, hubiera sido una forma natural de manifestar su condición humana.
Sin embargo, continúan aduciendo con la verborrea más inquisitorial que los sacerdotes y otros católicos que abusan de niños son por que “el Maligno”. Según el Pontífice, “Las personas consagradas, escogidas por Dios para guiar a las almas a la salvación, se dejan dominar por su fragilidad o enfermedad humana y, por lo tanto, se convierten en herramientas de Satanás”. “La brutalidad de este fenómeno mundial se vuelve aún más grave y escandaloso en el seno de la iglesia, ya que es totalmente incompatible con su autoridad moral y credibilidad ética”
Por ello recuperó uno de los escritos del que fuera nuestro amigo y colaborador Pepe Mantero, dedicando una lectura personal y acorde con las circunstancias, in memoriam.
El armario es una creación heterosexista contranatural. El Señor reprueba el armario, por tratarse de lugar de perdición: confinada en el armario, la persona –tu persona- es aniquilada sin piedad, contando con tu complicidad. Dios te invita, pues eres su criatura homosexual, a salir del zulo que te fabricaron para que escondieras el don sagrado de Dios, la homosexualidad, que Él te regaló para que puedas amar y ser amado. Para salir, liberarte y, por tanto, corresponder devotamente a la generosidad de Dios, la Biblia te regala exactamente 10 razones, los diez mandamientos. Nada nuevo bajo el sol.
1ª.- Amarás a Dios sobre todas las cosas. Por tanto, darás gracias a Dios manifestando a tus hermanos tu homosexualidad, don divino que adorna tu vida y tu sacerdocio.
2ª.- No tomarás el Nombre de Dios en vano. Luego no lo utilizarás para ocultar ni ocultarte. El nombre del Señor ha de pronunciarlo la persona que Él creó, no la que no es.
3ª.- Santificarás las fiestas. Dios te ha modelado como fiesta: santifícate en la verdad. La sombra que vegeta en el armario es impura figuración.
4ª.- Honrarás a tu padre y a tu madre. Dios te hizo, tu madre y tu padre engendraron la maravilla que eres. Hónrales, muéstrales la verdad bella y buena que trajeron al mundo. No les deshonres disfrazando tu orientación sexual.
5ª.- No matarás. No te matarás. No matarás la orientación que Dios quiso regalarte porque te ama con amor eterno.
6ª.- No cometerás actos impuros. El acto más impuro es avergonzarte del don de Dios que es tu homosexualidad. Sácala a la luz. Ejercítala.
7ª.- No robarás. No robarás a tus hermanos gays y lesbianas la inmensa gracia de reconocerte como uno de ellos, para poder dirigirse confiadamente a ti, sin sentirse condenados como hasta ahora.
8ª.- No dirás falso testimonio ni mentirás. Ni mentirás a tu propio ser. Tampoco sobre tu orientación homosexual.
9ª.- No consentirás pensamientos ni deseos impuros. Lo impuro es el armario en que resides, construido con represión y odio a la diferencia querida por Dios.
10ª.- No codiciarás los bienes ajenos. He dicho bienes. Conténtate con el tuyo, que no es poco. Dios te dotó de una capacidad para amar. Utilízala. El género al que ames, es lo de menos.
Estos diez mandamientos se encierran en tres:
- Amarás a Dios sobre todas las cosas.
- Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
- Saldrás del zulo por amor de Dios.
Corren tiempos recios y es preciso unirse, espalda con espalda (lo aconsejó Teresa de Jesús), para resistir y combatir los embates del mal, disfrazado de cosa o persona santa, disfrazado de Iglesia. Dios nos dé su fuerza, y ésta dé sentido a nuestra fragilidad.