Tus dientes, tu tarjeta de presentación, ¡cuídalos!
La caries y la enfermedad de las encías son provocadas por la placa, una combinación viscosa de bacterias y comida. La placa comienza a acumularse sobre los dientes 20 minutos después de haber comido. Si los dientes no se lavan todos los días, la placa provocará caries. Si no remueves la placa, ésta se convierte en un depósito duro que se conoce como sarro y que queda atrapado en la base del diente. La placa y el sarro irritan e inflaman las encías. Las bacterias y las toxinas que producen provocan que las encías se inflamen, hinchen y tengan mayor sensibilidad.
Tener buenos hábitos dentales, como el cepillado y el uso del hilo dental, combate el mal aliento. Los enjuagues bucales, caramelos de menta o goma de mascar pueden refrescar su aliento. Si tienes una enfermedad que causa halitosis, tratarla puede mejorar tu aliento. Las bacterias que se acumulan en tu boca y entre los dientes producen mal olor. Otras causas pueden ser enfermedades de las encías, boca seca o caries, sinusitis u otros problemas con tu nariz. Algunos alimentos también pueden causar mal aliento (o halitosis) como cebollas crudas, ajo o repollo. Por descontado, fumar causa su propio mal olor. Al igual que algunos medicamentos y enfermedades pueden causar un mal aliento característico.
Por consiguiente, cepillar adecuadamente tus dientes y encías, te ayudara a prevenir problemas como la caries y la enfermedad de las encías (periodontitis). La placa y el sarro pueden llevar a una variedad de problemas:
–Caries dentales, que son agujeros que dañan la estructura del diente.
-Gingivitis. Encías hinchadas, inflamadas y sangrantes.
-Periodontitis, es la destrucción de los ligamentos y el hueso que soportan el diente, lo que con frecuencia lleva a la pérdida de éste.
-Mal aliento (halitosis).
-Abscesos, dolor; incapacidad de usar los dientes.
Los dientes sanos están limpios y no tienen caries. Las encías sanas son rosadas y firmes. Para mantener los dientes y encías sanos, sigue estos pasos:
–Usa el hilo dental al menos una vez al día. Es mejor hacerlo antes de cepillarse los dientes.
– Cepíllate los dientes dos veces al día con un cepillo de dientes con cerdas suaves.
– Utiliza pasta dental que contenga fluoruro. Ayuda a fortalecer el esmalte de los dientes y a prevenir la caries.
– Cambia tu cepillo cada tres o cuatro meses, o antes de ser necesario. Un cepillo desgastado no es tan efectivo.
– Consume una dieta saludable. Es menos probable que padezcas alguna de enfermedad de las encías.
– Evita los dulces y las bebidas azucaradas. Comer y beber muchas cosas dulces incrementa tu riesgo de presentar caries dentales. Si lo haces, cepíllate los dientes poco después.
– NO fumes. Los fumadores tienen más problemas de dientes y encías que los no fumadores.
– Mantén las prótesis dentales, retenedores y otros aparatos limpios. Esto incluye cepillarlos regularmente. También es posible que debas remojarlos en una solución limpiadora.
Programa visitas a tu odontólogo regularmente. Muchos odontólogos recomiendan hacerse una limpieza dental profesional cada seis meses.
Una limpieza regular de los dientes practicada por el odontólogo remueve la placa que puede acumularse aun con el uso cuidadoso del cepillo y el hilo dental. Esto es muy importante para llegar hasta las zonas que son difíciles de alcanzar. La limpieza profesional incluye raspado y pulimento. Este procedimiento involucra el uso de varios instrumentos para aflojar los depósitos de los dientes. Los exámenes de rutina pueden incluir radiografías dentales. Tu dentista puede detectar los problemas temprano de manera que no se vuelvan más serios y costosos de solucionar.
Pregúntale al odontólogo:
– Qué tipo de cepillo debes usar y cómo cepillarte bien los dientes.
– Se ha demostrado que los cepillos eléctricos son más efectivos que los manuales.
Cómo utilizar apropiadamente el hilo dental
-Si debes usar aparatos o herramientas especiales, como irrigación con agua.