VIGOREXIA Cuando ganar músculo se convierte en obsesión

 VIGOREXIA  Cuando ganar músculo se convierte en obsesión
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Más que nunca, sea invierno o verano, buscamos cuidar el cuerpo para lucir bien el bañador, y quizá por ello ponemos nuestra atención en el ejercicio, en los recursos para aumentar músculo y en la dieta. Sin embargo, cuando ganar músculo se vuelve una obsesión, podemos enfrentarnos a un trastorno conocido como vigorexia que lejos de beneficiar nuestro cuerpo, puede perjudicarlo grandemente.

Vigorexia: la obsesión por el aspecto físico

 

La vigorexia es un trastorno ya conocido en la actualidad que también recibe el nombre de dismorfia muscular o complejo de Adonis. Este desorden se caracteriza por una obsesiva preocupación por el aspecto físico que lleva a incurrir en prácticas que perjudican al cuerpo y la salud.

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Por supuesto, la vigorexia conlleva una imagen corporal distorsionada, ya que quienes la padecen suelen verse flacuchos y sin músculo mientras que en realidad, son protagonistas de un gran desarrollo muscular conseguido a expensas de cualquier práctica, sin importar sus consecuencias.

 

El gimnasio y el ejercicio se vuelve una adicción, porque junto a una buena dieta son los recursos claves para lograr un cuerpo musculado y fuerte.

Sin embargo, cuando no logramos ver nuestro cuerpo real sino que la imagen que percibimos es diferente de la que verdaderamente tenemos, estos deseos de ganar músculo mediante cualquier vía es una actitud arriesgada que puede tener graves riesgos y ser perjudicial para nuestra la salud.

Cómo identificar la presencia de vigorexia

La vigorexia es una alteración de nuestra conducta, que puede pasar desapercibida, pero que coloca en riesgo la salud, por ello, es importante identificarla en sus inicios. Algunos signos que pueden ayudarnos a detectar la presencia de este trastorno son:

 

  • Practica cotidiana y excesiva de actividades físicas con el objetivo de ganar masa muscular.
  • Baja autoestima y la mirada distorsionada de la real hacia su propio cuerpo.
  • Uso y abuso de sustancias o suplementos que permiten la ganancia muscular, muchos de ellos pueden ser ilegales.
  • Dieta estricta que suele autoimponerse y que frecuentemente elimina grupos enteros de alimentos mientras que consume en excesos otros.

 

Además de estos signos es importante conocer las consecuencias de padecer este desorden psicológico que afecta la conducta alimentaria también, pues muchas veces pensamos que tener un cuerpo con «demasiado músculo» no es nada tan grave de lo que debemos preocuparnos.

La realidad es que eliminar alimentos y consumir en excesos otros puede desequilibrar la dieta y generar problemas en el funcionamiento del organismo, como por ejemplo, podemos abusar de proteínas y eliminar grasas que el cuerpo necesita para funcionar con salud.

Por otro lado, el uso y abuso de sustancias anabólicas puede generar problemas hepáticos además de un desequilibrio hormonal que puede causar disfunción eréctil u otros problemas reproductivos.

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Asimismo, no debemos olvidarnos que un exceso de músculo tampoco es beneficioso para el organismo, ni es natural y que el sobre entrenamiento que puede causar la práctica excesiva de ejercicios también puede pasarnos factura lesionando huesos, articulaciones y tendones.

Por último, no debemos olvidar que este desorden tiene un componente psicológico y emocional muy fuerte y por ello, puede ocasionar depresión, aislamiento social o problemas en relaciones interpersonales. Por lo tanto, llegar a extremos y cometer excesos en varios aspectos en nada beneficia nuestro cuerpo ni la salud del mismo.

 Conclusiones

La vigorexia consiste en un trastorno psicológico por el que tenemos una percepción errónea de nuestro cuerpo. Es difícil de detectar y consiste en una excesiva práctica de deporte y de una obsesiva persecución de la belleza física. Los principales afectados son hombres de 18 a 35 años que dedican demasiado tiempo a entrenar dejando de lado su vida social, ocupaciones cotidianas…

Es un trastorno cada vez más extendido entre la gente que practica deporte. Su percepción de la realidad se altera y los afectados nunca se ven lo suficientemente fuertes. Por este motivo hacen todo lo posible por conseguir más masa muscular. Normalmente se empieza por entrenar demasiado, en torno a tres horas diarias. Después la dieta es la parte de su obsesión, pues recurren a todo tipo de suplementos.

En el desarrollo de esta enfermedad tienen mucha importancia los factores socioculturales, los cánones de belleza modernos…Pero uno de los principales factores que desencadena la vigorexia es el desequilibrio en determinados neurotransmisores como la serotonina que altera nuestra percepción. Pero no hay que olvidar que padecer vigorexia puede provocarnos graves daños para nuestro organismo.

Para comenzar podemos sufrir numerosos trastornos físicos y lesiones derivados del excesivo entrenamiento, pues nuestros músculos se sobrecargan. Este exceso de ejercicio deriva en muchos casos en que las partes de nuestro cuerpo estén desproporcionadas. Esto suele ser una tónica en los vigorexicos que no tienen una armonía corporal. El sobreentrenamiento repercute negativamente en los tendones y ligamentos, sobre todo de las extremidades, que suelen sufrir esguinces.

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La alimentación y su desequilibrio suele ser otro problema, pues las dietas de los vigorexicos suelen tener altas dosis de proteínas e hidratos de carbono, mientras que suelen ser bajas en grasa. Lo que a la larga les puede causar muchos trastornos metabólicos y orgánicos como problemas de hígado al tener una dieta con exceso de proteínas…

En la mayoría de los casos esa alimentación se afianza con anabolizantes que masculinizan en el caso de las mujeres y les producen irregularidades menstruales. En el resto de casos pueden producir acné, problemas cardiacos, atrofia testicular, disfunción eréctil, disminución de la formación de espermatozoides, retención de líquidos, lesiones hepáticas, mayor propensión a sufrir cáncer

Además no hay que olvidar los problemas sociales que derivan de hacer que toda nuestra vida gire entorno al entrenamiento. Por estos motivos sugerimos entrenamiento para estar sanos, pero de forma moderada y sin obsesionarse, pues todos los excesos son malos.

 

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