Milán, capital de la moda italiana

 Milán, capital de la moda italiana
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Milán es una ciudad muy peculiar, tanto desde el punto de vista social como económico. Aparenta una ciudad fría y gris, debido a su gran concentración industrial en su extrarradio y su aparente carencia de vida nocturna. Su centro está casi exclusivamente ocupado por oficinas, bancos y museos e instituciones de lo más variadas. Esto hace que a tempranas horas de la noche, no goce de lo que sería un ambiente de bullicio como el que pueda tener otra gran ciudad europea. Pero esto cambia el fin de semana, cuando los milaneses se vuelcan a la calle en busca de ocio y compras. Estilo, diseño y elegancia son las tres cualidades que definen a la perfección esta maravillosa ciudad italiana, y es que, caminando por sus calles es muy fácil percatarse de que Milán -como muchas otras ciudades italianas- tiene un encanto que no podrás sentir en ninguna otra ciudad. La elegancia de sus habitantes, entremezclada con un refinado y exuberante patrimonio histórico y arquitectónico, son motivos suficientes para convencerte y visitar esta capital italiana.

EL “QUADRILATERO DELLA MODA”

Milán es la ciudad de la moda por antonomasia. Vayas por donde vayas, podrás observar el glamour y el estilo de sus habitantes como si de una auténtica pasarela de desfiles se tratara. Verás como todo tipo de gente, de cualquier edad o condición, cuida a la perfección su vestuario y que sus “looks” llaman la atención del visitante en todo momento.

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El cuadrilátero de la moda es una zona formada por las calles Montenapoleone, Della Spiga, Corso Venezia y Via Sant’Andrea (para una fácil ubicación, se encuentra en el lado norte de la Piazza del Duomo, muy próximo a Teatro de la Scala y de la parada Montenapoleone del metro). Aquí están afincadas las principales firmas, como Giorgio Armani, Gianni Versace, Prada, Gucci Bonvicini así como Dolce & Gabbana, Channel o Dior.

Quien visita la ciudad atraído por la moda y por su barrio se puede llevar un pequeño desengaño. Sus tiendas son bastante pequeñas y con escasos “trapos” a la vista. Esto es debido, por un lado, a que aquí se encuentran sus tiendas “madre”; eso significa que son sus primeras tiendas abiertas al público y las conservan tal y como eran. Y por otro lado, su miedo atroz a ser copiados, hace que expongan a la vista lo mínimo, así pues, es curioso ver un guardia de seguridad en cada puerta, protegiendo un escaparate prácticamente vacío. Pero no desesperes, por toda la ciudad están repartidos sus ShowRooms y Outlets, así que si llevas la cartera bien llena, puedes quedarte desplumado de golpe: sólo es cuestión de enseñar los fajos de billetes o las tarjetas de crédito oro.

Para la mayoría de ciudadanos de a pie que no tenemos acceso a los elevados precios de todo lo que podemos ver en los escaparates, lo más divertido es pararse a observar como los amantes de las grandes firmas de moda se exhiben por estas calles vestidos con sus mejores galas.

Si eres de los que a ti la devoción por el vestir ni te va ni te viene, también te invitamos a pasear por estas calles, ya que también podrás admirar sus simpáticas mascotas elegantemente vestidas desfilando por las aceras, tal como lo hacen sus propietarios. Todo un digno espectáculo.

Si vives por y para la moda, tu gran aspiración será ser invitado a alguno de los pases privados que se celebran en los ateliers de la grandes marcas o durante la Fashion Week de Milán. Sólo reservado para unos pocos afortunados, allí si podrás ver los auténticos y últimos diseños para la moda del año próximo e incluso el siguiente.

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EL DUOMO Y SUS ALREDEDORES

Prácticamente, toda la vida cultural y comercial para visitantes de la ciudad, gira alrededor de la Piazza del Duomo, donde se levanta su gran Catedral. La plaza es el centro de la ciudad y donde se encuentran sus tres símbolos: el Duomo como representación del poder de la Iglesia, el Palazzo Real como símbolo del poder político de los príncipes que levantaron la ciudad y las Galerías Vitorio Emanuele II, que simbolizan la tradición comercial de la capital lombarda. Manifestaciones, celebraciones, concentraciones deportivas, todo, absolutamente todo, sucede aquí.

La catedral es el primer edificio que podemos divisar al acceder a esta plaza. Construida en 1577, se caracteriza principalmente por la envergadura de su gran fachada, los detalles arquitectónicos e innumerables pináculos, que la convierten en una de las catedrales más bellas del mundo. Una basílica que ofrece un espectáculo único, debido también a la inexistencia de campanario y la gran altura a la que está situada la Madonnina que corona su cúspide, así como la presencia de un clavo de Cristo como reliquia, ubicada en su interior. Las terrazas del Duomo son de visita obligatoria previo pago de una entrada, ofreciendo unas vistas inmejorables de la ciudad, permitiendo orientarse en altura a través del entramado de calles.

En el centro de la plaza podrás ver la entrada principal de la Galeria Vitorio Emanuele II, un entramado de edificios al que se accede a su interior por medio de un gran arco de medio punto esculpido en la fachada. En su interior, dos amplias calles se cruzan en una zona central, ambas cerradas a modo de cubierta por una gran bóveda acristalada. La arquitectura y el colorido de las fachadas interiores se entremezclan con un gran número de elegantes tiendas en su planta baja, donde también podrás adquirir los mejores artículos y complementos de las principales firmas de moda. Además, después de una larga jornada de compras, también podrás degustar la mejor gastronomía italiana y milanesa en los restaurantes y cafeterías que alberga en su interior.

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Si dejamos atrás las galerías y salimos por el acceso opuesto a la Piazza del Duomo, llegaremos a la Piazza de la Scala. Construida a raíz de la renovación urbana que sufrió el centro histórico de la capital lombarda a finales del siglo XIX, actualmente es una de las plazas más concurridas de la ciudad debido a su acceso directo al conocido teatro de la Scala de Milan, el Palazzo Marino y el acceso trasero a las galerías Vitorio Emanuele II. Esta plaza es presidida por una pequeño jardín circular donde se levanta el monumento a Leonardo Da Vinci, impasible y con aspecto complaciente ante la dolce vita milanesa.

HORA DEL APERITIVO Un buen lugar y con un precio muy equilibrado para almorzar en el centro de la ciudad es el Restaurante-Pizzería Da Ponti 1881, en Via Silvio Pellico 1 (en la propia Piazza del Duomo, una pequeña calle perpendicular junto a la Galerías Vitorio Emanuele II). Posee un servicio muy atento y excelente calidad. Genuinamente italiano.

Milán fue uno de los impulsores del concepto “Aperitivo” italiano que consiste en tomar una copa o cóctel y picotear unos snacks fríos más o menos sofisticados según el lugar. Todo un clásico es la conocida Terrazza Aperol, también localizada en la Pizza del Duomo sobre las galerías. Aquí podrás tomar el famoso Spritz (aperitivo compuesto por vino blanco seco, agua de seltz y un 30% de diferentes bebidas alcohólicas mezcladas para obtener el color rosado final típico), servido con patatas chips artesanas recien hechas y algún sofisticado roll asiático o sushi. Sin duda, una excelente forma de empezar la noche.

DÓNDE ALOJARSE

No podía ser otro, el Hotel nHow Milano (Via Tortona 35), está situado en el llamado distrito del diseño. Totalmente cosmopolita y ecléctico, el diseño fluye por cada rincón. Te sorprenderá por su originalidad y decoración utilizada. Un hotel que te enamorará nada más verlo.

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