Disfruta el verano con tu mascota

 Disfruta el verano con tu mascota
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No cabe duda de que las mascotas son una gran compañía para todas las personas, pues además de ser muy fácil relacionarnos con ellos afectivamente, también ocupan un espacio muy importante en el hogar, hasta el punto de que los llegamos a sentir como miembros de nuestra familia.

Tener una mascota en casa vehiculiza los sentimientos, los afectos y diferentes reacciones en cada uno de los miembros del hogar. Pero, además, hay diferentes estudios que han comprobado que las mascotas mejoran nuestra calidad de vida, no sólo emocionalmente, sino que también físicamente.

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En la mayoría de las playas españolas no está autorizada la presencia de perros desde primeras horas de la mañana hasta la caída de la tarde, cuando ya se han retirado los bañistas. Estamos ante una discriminación para cuantos aman a los perros y desde luego es una situación que nos diferencia con otros países de nuestro entorno, en Francia existe un espacio reservado a los perros y sus propietarios en todas sus playas.

Al sol, entre la arena y el agua tu perro se sentirá feliz, por eso debes llevarle siempre que tengas oportunidad. Pero además de un intenso motivo de alborozo y juego la playa también puede presentar algunos peligros para tu mascota, por lo que hay que estar preparado y actuar correctamente si surgen.

Si tu perro no le tiene miedo al agua ni al oleaje, estupendo. La mayoría de los perros nadan estupendamente, adoran zambullirse entre las olas. Sin embargo, unos pocos no tendrán valor más que para chapotear en las franjas de espuma de la orilla.

¿Existe algún modo de eliminar ese miedo y que podamos disfrutar con sus juegos en el agua? Una manera de acostumbrar a tu perro al agua es con un perro que ya sabe nadar y es amigo del tuyo. Deja que tu perro siga al perro amigo.

En la orilla, donde el perro se siente seguro, el perro juega, brinca nos persigue recoge y nos entrega la pelota. Si ganamos su confianza, con paciencia lograremos que nos acompañe al agua.

No lo pierdas de vista en ningún momento, sobre todo si se va a bañar. Jugar en el mar, corriendo o persiguiendo una pelota, es una actividad ideal para el verano: divertida y refrescante pero no es exenta de peligros.

Para vencer la timidez debemos mostrarnos especialmente afectuosos, hablarle con ternura y lograr que se aproxime a la orilla. Si vas a estar muchas horas en la playa no olvides llevarte agua y un recipiente para que tu perro no se deshidrate.

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Asegúrate de que beba agua regularmente: se la puedes ofrecer tú o le puedes dejar su bebedero cerca. Para que se mantenga fresca guarda el agua en un lugar protegido del sol.

Beber le ayudará a mantenerse hidratado pero ¡cuidado! beber agua de mar no le sirve para hidratarse: en cambio puede provocarle problemas gastrointestinales. Así que vigila y no dejes que la beba.

Llévate también una sombrilla para que el perro pueda buscar sombra cuando la necesite, el exceso de sol puede dañar a nuestro amigo.

Una vez terminado el baño debemos secar vigorosamente al perro. De regreso a casa, si en la playa no había duchas de agua dulce, es necesario lavarlo para quitarle la sal que puede irritarle la piel ocasionándole un fuerte prurito.

Aprovecha para revisar bien las orejas y asegúrate de que no tenga ni agua ni arena en su interior. Si en los días después de haber ido a la playa tu perro sacude la cabeza y se rasca con insistencia los oídos, deberás consultar con tu veterinario: pueden ser síntomas de otitis.

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