SITIOS CON MORBO PARA PRACTICAR SEXO
Convencionalmente, cuando queremos tener relaciones íntimas con alguien, nuestra propuesta es “¿nos vamos a la cama?” o “¿en tu casa o en la mía?”. pero muchas veces esto no es posible, ya sea porque no estamos solos en casa, no disponemos de cama propia o, simplemente, no nos apetece ser tan convencionales y optamos por poner un toque de color a nuestros revolcones. Cambiar el escenario puede ser sumamente excitante, tanto si lo hacemos con nuestra pareja fija como con una ocasional. y aunque en principio, algunas de estas propuestas pueden parecer algo incómodas, una vez puestos en materia comprobaremos que el morbo que provoca el exotismo y la aventura, suple con creces la elasticidad del colchón y la suavidad de las sábanas.
LOS BAÑOS PÚBLICOS, UN CLÁSICO
No estamos descubriendo nada nuevo, ya lo sabemos; pero no se trata de ligar en el urinario de pared, lanzando miradas furtivas, a la vez que interesadas al desconocido usuario del sanitario de al lado. Es seguir este ritual con nuestra propia pareja. Representar una pequeña comedia, tan antigua como el mundo, qué, a ojos de los demás, puede parecer un encuentro fortuito entre dos desconocidos, ante la premura de un calentón. Imprescindible que haya testigos. El mantener sexo en una de las cabinas cerradas, a sabiendas qué, en el exterior, el resto de usuarios está más pendiente de nuestros jadeos que de sus necesidades biológicas, aumenta considerablemente el grado de excitación.
EL APARCAMIENTO DEL AEROPUERTO, EL CENTRO COMERCIAL, LA DISCO…
Aquí es imprescindible el coche, pero si no lo tenemos ¿qué narices hacemos allí? Pues eso, buscar un lugar tranquilo y alternativo donde dar rienda suelta a nuestra pasión. Los menos originales son los de las discotecas, ya que la mayoría de usuarios los utilizan como picadero, por lo que casi hay que pedir el turno o la vez, como en la super. Otros muy concurridos son los de las áreas de servicio, donde se puede tener una historia de pasión e intercambio de fluidos con algún camionero, sin demasiada dificultad. Los de los hipermercados y centros comerciales en general, requieren pareja propia y tienen el morbo de que nos pueden descubrir con las manos en la masa en cualquier momento, lo que intensifica la excitación.
EL FRONDOSO BOSQUE
Ya lo se; esto no es ninguna novedad. Tanto los bosques como los bosquecillos de parques y jardines, están sempiternamente plagados de vida, no necesariamente inteligente, pero si sexual. Pero aquí nos referimos a la campiña, el bosque en estado puro, alejado considerablemente de un núcleo urbano. El robusto tronco de un árbol, puede ser un ideal punto de apoyo (cuidado con la resina, cuesta horrores quitar sus manchas) y el lecho del bosque, un mullido colchón (atención a la pinaza, que pincha cosa mala, sobre todo en partes delicadas). Un ciclista o un excursionista despistado, puede pasar de mero espectador a miembro activo de nuestros juegos.
EN CASA AJENA
Qué bonitas son esas reuniones de amigos, con sus maravillosas y cuidadas cenas y las interminables sobremesas que vienen luego, copa en mano, charlando agradablemente de lo humano y lo divino. Este es el momento que, aprovechando lo animado de la tertulia, desaparecer discretamente, con cualquier excusa (visita al baño, un vaso de agua) y hacer uso de la habitación y la cama de nuestros anfitriones. La mayoría de veces y pasados diez minutos, estos ya se han quedado con la copla de donde estáis y haciendo que (no subestimemos a nuestros amigos; no son idiotas), pero harán como que no.
EN EL TRABAJO
El fornido empleado de la empresa de mensajería entra en nuestro despacho, cargando un pesado paquete que pone en tensión los poderosos músculos de sus brazos. Tras firmarle el recibo, le preguntamos si no tiene otro paquete para nosotros, mientras cerramos la puerta y el despeja la mesa de trabajo, con viril furia, dispuesto a hacernos una nueva entrega. Esta es una fantasía que está en la mente de todos, aunque podemos cambiar al mensajero por el cartero, el comercial o el chico de las fotocopias.
APRETUJADOS EN ESPACIOS PEQUEÑOS
Dicen que el ascensor es uno de los lugares más escogidos para practicar sexo rápido. Tal vez el movimiento sincopado de la caja del mismo tenga mucho que ver. Parte del morbo añadido está en la posibilidad que al parar en alguna planta y abrirse las puertas, aparezca alguien que está esperando el ascensor.
…Y TODO LO QUE SE OS OCURRA
Aunque aquí hemos apuntado solo algunas posibilidades, estas son infinitas y la imaginación a la hora de poner localizaciones a nuestra vida sexual, no ha de tener límites: Una de las camas de una tienda de muebles, la sala menos visitada de un museo, tras el altar de una iglesia, mientras unas entrañables viejecitas rezan el rosario en los cercanos bancos, el probador de alguna boutique, tras el mostrador de vuestra cafetería favorita, bajo la mesa de un restaurante de lujo (los fast food, dan poco juego), en el vestuario del gimnasio, en la piscina del hotel (o en el jacuzzi). No hay que poner veto a la fantasía y, tal vez, quién sabe, a lo mejor, en breve, aparecéis en algún periódico, gracias a vuestras proezas en público.
No nos engañemos, los clásicos son una apuesta segura para muchos, para eso tienes varias opciones en Barcelona, por un lado, las Saunas y por otro lado los darkroom-sexclub, así́ como las zonas de cruising de los bares o discotecas. ¿te atreves?