TOMAR EL SOL, ¿CUÁNTO ES DEMASIADO?
Bastan 30 minutos bajo el sol en los meses de verano para quemarse la piel. Para sintetizar la dosis diaria de vitamina D necesitamos entre 10 minutos de abril a julio y 130 minutos en invierno.
Algunos mitos de como tomar el sol
Con la llegada del calor la mayoría de nosotros salimos a la calle a pasar mucho más tiempo y realizar infinidad de actividades. Tomar el sol es una de ellas, y es que en su justa medida es bueno que a nuestro cuerpo le dé el sol, ya que es necesaria la luz natural y la energía solar para que el organismo pueda realizar la síntesis de la vitamina D para así mantener una buena salud del organismo. A pesar de todo siguen existiendo muchas creencias entorno al sol, y por ello queremos detenernos en algunas de ellas.
El sol es parte fundamental de la vida, ya que es necesario para la realización de innumerables funciones del organismo. Tomarlo con moderación es esencial si lo que queremos es mantener una salud estupenda. A pesar de todo el boca a boca y la costumbre nos han hecho acrecentar una serie de creencias entorno al hecho de tomar el sol. Es cierto que ganar moreno es un signo de buena salud, pero no siempre el modo de conseguirlo es el más adecuado.
Los rayos solares también ayudan a sintetizar la vitamina D, a reducir la presión arterial y mejorar el tratamiento de algunas patologías, entre otros beneficios. Por ello, surge la pregunta de cuánto sol hay que tomar para obtener beneficios sin llegar a dañar la piel, para la cual un equipo de investigadores españoles ha encontrado respuesta. Se estima que, para no quemarse, la población española en general no debe estar más de 29 minutos sin fotoprotección solar bajo el sol en verano y se necesitan 120 minutos en invierno y 10 en verano para sintetizar las cantidades recomendadas de vitamina D. Con exposición a la luz solar diaria de 10-15 minutos, es suficiente para sintetizar la dosis necesaria de vitamina D.
Las mejores horas para tomar el sol
De los mayores mitos a la hora de tomar el sol es el que tiene que ver con las horas a las que vamos a ponernos a tomar el sol. Desde siempre ha existido la creencia de que las horas centrales del día en las que el sol más fuerte pega son las mejores para broncearse. A pesar de que por activa y por pasiva nos avisan reiteradamente que estas horas son las peores, pues es cuando los rayos del sol son más perpendiculares y nos causarán más daño en la piel, ya que la radicación es mucho más elevada.
Estas horas son horas son las que precisamente debemos evitar tomar el sol, a pesar de que exista la creencia de que el bronceado es más rápido a esas horas. Esto es totalmente falso, ya que el cuerpo se broncea de igual modo si tomamos el sol al mediodía que cuando el sol está más bajo y la intensidad del mismo diferente. Esto es importante que lo tengamos en cuenta para abandonar la idea que en las horas centrales es cuando más morenos nos vamos a poner.
La crema solar
Muchas personas piensan que cuanto más factor de protección utilicemos menos bronceados nos pondremos. Craso error, esta creencia va en contra de lo que nos dicen todos los dermatólogos que aseguran que es necesario el uso de crema solar con alta protección. Lo que no tenemos en consideración es que antes de nada debemos tener claro que los filtros de la crema condicionarán el grado de filtración de los rayos nocivos del sol.
Por ello es necesario que utilicemos cremas con altos filtros para así conseguir que el cuerpo reciba la menor cantidad de radiaciones dañinas para nuestra salud. Este hecho no tiene nada que ver con el grado de bronceado que vamos a obtener, es más, la piel responderá mejor y se broncea mejor cuanto más cuidada e hidratada la tengamos, ya que de este modo conseguiremos un bronceado progresivo más duradero. Algo que no debemos hacer es dejar de echarnos crema protectora, y pulverizar agua en su lugar como cree mucha gente, ya que esto no hidratara la piel, sino que acelerará el proceso de quemado de la piel, dado que el agua actuará como lupa e intensifica el efecto de los rayos solares en la piel.
Diferencia de intensidad en el interior y en la playa
Otro mito muy extendido es que el sol del interior quema más que el de la playa. Esta afirmación es totalmente falsa, ya que el sol es igual en todas partes, lo que ocurre es que el clima interior es más seco, por consiguiente, el cuerpo sufre mucho más el calor del sol y la deshidratación que se desencadena en nuestro organismo, mientras que en la playa el clima es más húmedo y la pérdida de líquidos por parte del organismo es más lenta, dando una sensación de que el sol quema menos. A pesar de esto, el riesgo de quemarnos es exactamente el mismo, y por ello en ambos escenarios nos tenemos que cuidar contra el sol y sus efectos.
Consejos para un broncearnos ideal cuidando la salud de la piel
Casi todos nosotros estamos a punto, si lo estamos ya, de disfrutar de unas merecidas vacaciones. La gran mayoría suele optar por la playa como destino, un lugar en el cual la exposición al sol suele ser prolongada.
Aunque no lo creamos, todavía existen muchas personas que no utilizan crema protectora para exponer su cuerpo al sol, o también los hay que simplemente utilizan un factor protector que no es acorde a las necesidades de la piel. Ya pasó esa moda de estar churruscado y tener una piel similar a un cuero curtido. Por nuestra salud debemos prestarle atención a los cuidados que requiere la piel frente al sol.
Ante todo, hay que tener en cuenta qué, si podemos hacerlo, debemos evitar la exposición entre las horas centrales del día, concretamente la franja de tiempo que abarca desde las 12:00 a las 16:00 horas. En el resto de horas el moreno que vamos a obtener será igual de intenso y espectacular, así pondremos mucho menos en peligro la piel.