Relajación personal

 Relajación personal
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Muchos de nosotros estamos expuestos a una gran cantidad de estrés en un momento u otro del día. Una de las formas más fáciles de reducir los efectos nocivos del estrés es aprender a relajarse, tanto física como mentalmente.

 

Puede que te sea útil practicar lo que se llama la relajación profunda durante por lo menos un mes. Si te sientes mejor, puede que desees convertirlo en un hábito. Se puede conseguir una sensación profunda de relajación de muchas maneras. La relajación es la mejor forma que tenemos de liberar la tensión nerviosa que soportamos diariamente. Teniendo en cuenta que todo cambio en el estado emocional va acompañado de cambios en el estado corporal, en los momentos de tensión es muy importante saber relajarse.

De esta forma podremos aprender a ejercitar un dominio y control de nuestras funciones y respuestas. La relajación produce sobre el cerebro los mismos efectos fisiológicos que el sueño. Por lo tanto una buena relajación permite recuperar energías del mismo modo que cuando se está durmiendo. Aquí tienes un método simple que puede ayudarte a relajarse:

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Empieza buscando un lugar tranquilo donde no te puedan molestar durante 20 minutos más o menos. Siéntate en una posición cómoda con los pies en el suelo o recostado. En ocasiones, las condiciones para practicar la relajación pueden no ser las más adecuadas. En ese caso, lo ideal es sentarse en un lugar silencioso con los ojos bien cerrados, sin ruidos, con luz tenue, los pies bien apoyados en el suelo, las piernas ligeramente separadas y los codos a la altura de la cintura. No obstante, la posición idónea para relajarse consiste en acostarse boca arriba, con los brazos extendidos a lo largo del cuerpo y con las piernas ligeramente separadas. Manteniendo esta posición, concéntrate en la respiración, repite mentalmente “estoy calmado” y realiza una visualización de cada parte del cuerpo desde la cabeza hasta los pies. Tensa a la vez varios grupos de músculos durante varios segundos (brazos, cuello, abdomen, pies, etc.) y relájalos a continuación.

Se trata de realizar ejercicios de tensión-distensión. De esta forma se logra eliminar globalmente el estado de tensión que impide que alcancemos bienestar, y se adquiere conciencia acerca de la tensión muscular a la que se encuentra sometida nuestro cuerpo, cosa que en muchos casos desconocemos. Cierra los ojos. Imagínate que estás en un lugar tranquilo, por ejemplo que estás tendido en una playa desértica, caminando por las montañas o flotando entre las nubes. Fija esa imagen en tu mente. Concéntrate en una respiración lenta y honda. Cada vez que espires, repite una palabra o frase tranquilizadora como por ejemplo “relájate y déjate llevar”. Continúa la respiración lenta durante unos 10 minutos. Practica su técnica de relajación al menos una vez al día durante la primera semana. Trata de pasar de 15 a 20 minutos relajándote. Después de la primera semana, puede que decidas aumentarla a tres o más veces al día.

Pero no te presiones para encontrar un momento de relajación. Si te saltas una sesión, no pasa nada. Además de sus ejercicios de relajación, trata de encontrar otras maneras de relajarte. Programa un poco de tiempo tranquilo en casa o en el trabajo durante el cual puedas ir a pasear o escuchar música. A veces puede que te veas atrapado en un ciclo de estrés en el que no puedes encontrar un momento para relajarte, por ejemplo en medio de una discusión o durante una reunión de negocios. Para romper el círculo, trata de contar hasta 10 lentamente y respirar hondo. Muchas personas usan las vacaciones para sentirse relajados y descansados. Es posible que sea una de las pocas ocasiones en las que puedas distanciarte de las cosas que te provocan el estrés. Piensa en cómo usas el tiempo de vacaciones y trata de planear un tiempo libre verdaderamente relajante. Los fines de semana son otro momento en el que puedes disminuir tu adrenalina.

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Sin embargo, a menudo acabamos teniendo tanto que hacer en los fines de semana que acaban pareciéndonos dos días más de trabajo. Trata de programarte algunas actividades de relajación para los fines de semana. Aprender a relajarse te ayudará a reducir los efectos del estrés y a sentirte mejor. Practicar algún tipo de ejercicio ayuda también a eliminar la tensión muscular, reduce el cansancio producido por el estrés y facilita el camino para la práctica de la relajación. Es muy difícil lograr buenos resultados desde la primera vez, ya que la relajación requiere una práctica regular y sistemática y una actitud positiva por parte uno. Tómate tu tiempo, continúa haciéndolo y notarás los resultados.

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